Una noche, un cliente dejó un libro antiguo en mi tienda, y al abrirlo, encontré algo que nunca había visto: una lista de reglas extrañas que debía seguir al pie de la letra. Algunas parecían absurdas, como no leer el libro antes de la medianoche o empezar desde la primera página si caía al suelo. Pero a medida que seguía las reglas, me di cuenta de que no solo eran instrucciones... había algo más detrás de ellas, algo que me observaba, esperando que cometiera un error. Ahora, no puedo deshacerme del libro, ni de las reglas que lo acompañan.