Fabián Harari, en su columna semanal en NdR Radio, habló sobre las características del kirchnerismo como grupo político. La "colmena" hace referencia a la novela de Camilo José Cela, que muestra un conglomerado de proyectos fallidos, de personajes compartimentados, ventajeros, frustrados, y miradas que nunca descubren nuevos horizontes. De ahí la política de la espera: una política que se repite constantemente. "El ungido" es por un proyecto que aparece esperando el fracaso de Cristina, para tomar la posta. Y si no es por adentro, será por afuera. Si el "fracaso" se le puede achacar a Cristina, el proyecto irá por adentro y la renovación vendrá por Lavagna, como un superministro de Alberto. Sino, será por afuera, y será o un Lavagna alineado con la línea más blanda del macrismo (Monzó), o será directamente el propio macrismo, que ha levantado cabeza con la crisis generalizada. La oposición ha encontrado un escenario para poder reactivarse, y es la baja de la popularidad del gobierno. El encuentro entre Vidal y Monzó muestra que hay dos alas del macrismo, que hasta ahora aparecían autónomas, y que ahora encuentran una necesidad de juntarse y discutir, por lo menos, ciertas miradas.
El fondo de la cuestión "default" es que es difícil acordar porque el gobierno no tiene un plan económico. Por tanto, toda la discusión sobre los bonos (si van atados a las exportaciones, o al PBI) cae en el vacío. Del lado del kirchnerismo tenemos una estructura sin plan, y del lado de Alberto o Massa, tenemos un plan sin estructura. Si uno trata de escudriñar el plan económico del kirchnerismo, se va a encontrar que no hay nada. No hay ningún documento que diga cuál es el programa para el año 2019. Y eso, del otro lado, sí existe. Lo que tenemos en el kirchnerismo es un conjunto de gente que se va apropiando de lugares institucionales, de fondos públicos, y a partir de ellos busca armar estructuras clientelares. Cristina (cuyo plan es no ir presa) copó la AFIP, copó la ANSES, el PAMI, la Unidad de Información Finnanciera (aquella que investiga todos los delitos económicos), en YPF; puso a a Juan Carlos Mena como Secretario de Justicia y a Lugones en el Consejo de la Magistratura. Como presidente del Consejo Consultivo (aquel que va a proponer las modificacionaes en la Corte Suprema) puso a su abogado. Cristina tiene armada, además, toda una estructura con los intendentes propios, y con la asistencia social. Y tiene la Provincia de Buenos Aires. Zabaleta es el intendente más albertista, y Berni lo ataca como soldado cristinista. Ya se empiezan a armar candidaturas en torno al reemplazo de Axel Kicillof. En definitiva, lo que estamos observando es un enfrentamiento de un grupo de piratas, elementos que acumulan sobre la base de otros y que no tienen una dirección que los discipline. El proyecto es enriquecerse. Alberto puso un ministro para negociar la deuda, es decir, para ganar tiempo. No para armar un plan. Del otro lado, hay un proyecto que podemos encontrar en Matías Kulfas. Un ministro que aparece equidistante y que ya proponía un ajuste en 2019, aun antes de la pandemia. El plan es dejar de subsidiar a los capitales que no generan divisas, que no son competitivos. Es el plan de Lavagna, de Massa, Kulfas y Alberto. Alberto apuesta a una crisis que sea identificada como crisis de la política de Cristina, y que en algún momento pueda dar el zarpado de decir "ahora gobierno yo", sacarla de todos los lugares de poder, y poner a Lavagna o Kulfas al mando de la economía.
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Columna de Fabián Harari para "La Radio Ha Vivido Equivocada". NdR Radio, FM 103.9 MHz.