El portavoz adjunto del PP en el Senado, Gerardo Camps, ha asegurado en 24 horas de RNE que la comparecencia de Santos Cerdán en la comisión de investigación ha evidenciado un cambio radical respecto a la de abril de 2024. Según Camps, entonces “contestó a todas las preguntas y hoy sabemos que nos mintió”, lo que ha derivado en diligencias judiciales por falso testimonio. En esta ocasión, sostiene, Cerdán “ha venido a contestar solamente aquello que le interesaba y callar sobre todas las cuestiones” que podrían implicar responsabilidades políticas o penales.

Camps ha denunciado además una actitud “amenazante” del ex número dos del PSOE durante la sesión. Relata que Cerdán lanzó advertencias tanto a senadores socialistas como a miembros del PP, y resume el clima vivido como un choque interno: “Aquí había un choque entre sanchismo y socialismo”. A su juicio, el silencio del PSOE responde al temor a lo que Cerdán pueda revelar: “No quieren oír las respuestas que les podría dar el señor Cerdán”, ha afirmado, apuntando a que era conocedor de “los secretos” del partido, desde las primarias de Pedro Sánchez hasta las negociaciones con EH Bildu y el PNV.

Sobre la estrategia de defensa del investigado, Camps rechaza la tesis de la persecución política y subraya que Cerdán evita responder a los asuntos clave. “Cuando se le pregunta por las reuniones con Otegi, calla”, ha dicho, al igual que sobre su relación con Servinabar o el presunto cobro de mordidas. También ha señalado dudas sobre la financiación del PSOE y los pagos en metálico, recordando que preguntó directamente si podían obedecer a una caja B: “Lo ha negado, luego ha dudado y luego ha callado”. En su opinión, todo apunta a que “hay mucho que aclarar” y a que la investigación judicial será determinante.

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La ministra de Sanidad, Mónica García, ha reclamado al Partido Socialista que “recoja su casa” ante los casos de presunto acoso sexual y corrupción y que “salga del shock” para poder seguir gobernando y transformando el país. En una entrevista en 24 horas de RNE, García ha subrayado que Sumar permanece en el Ejecutivo “para gobernar y para transformar”, y ha insistido en que la presión de su formación pasa por exigir avances concretos en políticas como la vivienda o la prestación por hijo a cargo: “Ese es el sentido que le da que nosotros estemos en el Gobierno de España”.

Preguntada por una posible crisis de gobierno, la ministra ha evitado pronunciarse sobre cambios en el Consejo de Ministros y ha puesto el foco en la acción política: “Lo que tiene que haber es un gobierno que empuje las medidas de transformación de la vida de la gente, que sea valiente y ambicioso”. García ha defendido logros como la reforma laboral, la subida del salario mínimo o las medidas contra los abusos en el alquiler, y ha reiterado que Sumar seguirá exigiendo al PSOE “las mejores medidas progresistas” y unos presupuestos ambiciosos.

En clave sanitaria, García ha calificado de “sintomática” su reprobación en el Senado por parte del PP, aprobada el mismo día en que se alcanzó un preacuerdo sobre el nuevo Estatuto Marco. “Casi lo considero un aval”, ha afirmado, defendiendo un texto que “no se tocaba desde hace 22 años” y que mejora las condiciones laborales de los profesionales. La ministra ha destacado avances como la eliminación de las guardias de 24 horas o el reconocimiento de los sanitarios como autoridad pública, y ha rechazado un estatuto exclusivo para médicos, apostando por un marco común con capítulos específicos: “Voy a seguir peleando por mejorar las condiciones de unos profesionales que están cansados y sobrepasados”.

La portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Barbero, reclamó en 24 horas de RNE un giro claro en la acción del Gobierno, más allá de una posible remodelación del Ejecutivo, ante los casos de denuncias por acoso sexual y de presunta corrupción de los últimos días. Insistió en que las prioridades deben responder a las preocupaciones inmediatas de la ciudadanía, especialmente la vivienda y el coste de la vida. “Para nosotras, que este Gobierno le rente a la ciudadanía pasa, por ejemplo, por congelar el precio de 300.000 alquileres” y por evitar subidas “del 30 y el 50%”, subrayó, defendiendo que el debate no debe centrarse en los nombres de los ministros sino en las políticas que se aprueban.

Barbero enumeró las principales exigencias de su formación: una prestación universal por crianza, la renovación del escudo social y medidas de protección frente a los desahucios. Rechazó que haya un cambio de estrategia en Sumar y recalcó que la presión al socio socialista es coherente y sostenida. “Esto no va de nombres, esto va de políticas”, afirmó, antes de añadir que el Gobierno debe demostrar “ahora” que es útil para la gente, especialmente cuando se acercan fechas clave como el vencimiento de contratos de alquiler y la negociación de los Presupuestos.

En el plano político, la portavoz descartó una estrategia basada en el miedo a Vox y apeló a la responsabilidad de las izquierdas. “Nosotras no trabajamos con el miedo a Vox, trabajamos con la esperanza de un futuro mejor”, señaló. Sobre la corrupción, afirmó que “nos preocupa, pero sobre todo nos ocupa”, defendiendo medidas estructurales como oficinas de prevención, y marcó una línea clara: “Nunca gobernaríamos con quien ha sido financiado ilegalmente”. En cuanto a los recientes acuerdos laborales, puso como ejemplo los permisos y mejoras sociales como muestra de “gobernar para la gente”, porque “hay cosas que a la ciudadanía de hoy le importan y nosotras tenemos que actuar”.