De entre todos los animales terrestres, vivos o extinguidos, que conocemos por su esqueleto completo, Diplodocus es el más largo. Diplodocus, un dinosaurio saurópodo que vivió en el oeste de Norteamérica a finales del Jurásico, hace unos 150 millones de años, llegaba a medir casi treinta metros de longitud desde el extremo del hocico hasta la punta de la cola; de esa longitud, siete metros corresponden al cuello y catorce a la cola.