Raúl Castro ya ha comenzado a despedirse de la presidencia de Cuba y con él se va una era aunque puede que no del todo. Su sucesor no llevará el apellido “Castro” y ya no será de la generación de la revolución de 1959. Todo apunta al vicepresidente Miguel Díaz-Canel, que tendrá la difícil tarea de aplicar reformas económicas dentro de la línea socialista de la isla y sobre todo, enfrentar a su vecino del norte, a Donald Trump. ¿Un cambio generacional supondrá una apertura de libertades y diferencias económicas?