Italia vota el próximo 4 de marzo con nueva ley electoral, con un panorama político muy fragmentado y el retorno de Silvio Berlusconi al ruedo político, a pesar de estar inhabilitado para ejercer cargos políticos hasta el 2019. Las encuestas no dan a ningún bloque ni partido el 40% necesario para poder formar gobierno. Europa mira con temor el tablero político italiano ante la subida de los partidos xenófobos y antieuropeos. Los resultados de estas elecciones son tan inciertas que ya se habla de la posibilidad de que se convoquen otras si no hay una mayoría clara. A la fragmentación partidaria, se añade otra incógnita: 10 millones de electores aún no saben por quién votar.