Las manifestaciones contra el racismo que brotaron hace unas semanas en Estados Unidos han generado un impulso que se está llevando por delante símbolos de la esclavitud no solo en aquel país sino en distintas partes del mundo: desde esculturas del presidente de los Estados confederados Jefferson Davis hasta de otros personajes como Cristóbal Colón. La oleada revisionista ha alcanzado más rincones del planeta: ha llegado a países como Reino Unido, Francia o también a Bélgica donde varios monumentos siguen rindiendo tributo al sanguinario rey Leopoldo II.