Pocas reservas de divisas en las reservas del Banco Central y en definitiva, poca liquidez. Son dos de los principales males que acechan a la economía argentina que vive una nueva crisis con horizonte electoral. El presidente Macri vive un final de mandato agónico traicionando a su ADN liberal e introduciendo medidas de control cambiario tras reconocer errores para intentar calmar a ahorristas y que no retires sus depósitos. La perspectiva de la vuelta del kichnerismo también parece ser un elemento de incertidumbre para los mercados y no son pocos los que se atreven a establecer paralelismos entre esta crisis y la de 2001.