Llegó hace un año al poder rompiendo el clásico relevo bipartidista del poder entre conservadores y socialistas en Francia y afianzándose como el antídoto a la ola de populismo que se extendía por varios rincones del planeta. Dicen sus partidarios que ha vuelto a resituar a Francia en el centro del tablero internacional y que es el único líder capaz de entrevistarse de tú a tú con homólogos de diverso pelaje como Trump, Putin o Erdogan. Sus detractores critican su “diplomacia de seducción”, sus aires de presidente quasi-monárquico y de estar al servicio de las élites. Un año después, analizamos la llegada al poder de Macron