Sílvia Pérez Cruz es quizá la más radical de
las artistas contemporáneas. En la
era del single y lo instantáneo, de lo efímero y el consumo fácil, donde si no
tienes un estribillo pegadizo en los primeros 15 segundos la canción ya no
sirve, ella entrega una obra de 69 minutos y 21 canciones donde hace un
recorrido por, ni más ni menos, que toda una vida. El resultado es tan
sobrecogedor como fascinante.
Una vez más, la catalana demuestra que no
tiene que seguir el paso de las tendencias para marcar el rumbo de la nueva
música que importa. Ajena desde que era una cría a las etiquetas, capaz de
saltar del jazz a la tradición popular latinoamericana, las culturas
mediterráneas e ibérica, la clásica o el flamenco, aquí recorre a través de
cinco movimientos las distintas edades de la humanidad, del nacimiento a la
muerte, impregnando cada una con su propia atmósfera.
Como suele suceder con la autora de títulos
de culto como ‘Granada’ junto
a Refree, ‘Toda la vida, un día’
propone conexiones invisibles con otras artes, de la poesía de William
Carlos Williams hasta películas como ‘El árbol de la vida’ de Terrence
Malick. Junto a colaboradores de lo más diverso, que aúnan diversas
generaciones y tradiciones -de Carmen Linares a Natalia
Lafourcade, pasando por Rita Payés,
Salvador Sobral y Pepe Habichuela-, Sílvia Pérez Cruz logra hacer resonar su
voz con toda la fuerza y el sabor que tienen las cosas sin caducidad.
José Fajardo.