La cuenta atrás ya ha comenzado: el 29 de marzo Reino Unido pondrá fin a cuatro décadas de proyecto en común con Euopa. Pero el acuerdo de divorcio aún no está listo y quedan aún cuestiones muy sensibles por solucionar a contrarreloj. La fundamental es qué pasará en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, pertenciente a Reino Unido. Parece que Europa está dispuesta a dar una prórroga en las negociaciones de la transición pero la Premier británica vive una presión máxima, ya no por sus socios europeos, sino por los miembros del ala más eurófoba de su propio partido. Y mientras las instituciones financieras internacionales avisan de los riesgos de que se produzca un Brexit sin acuerdo final.