In memoriam.
En el año 2010 cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, revivía el hecho que marcó su vida: haber aprendido a leer a los cinco años le despertó su pasión por convertirse en un escritor.
Y fue precisamente para que se olvidara de esa fijación que su papá lo internó en una academia militar en Lima a los 14 años, donde lejos de apartarse de su vocación, la reforzó aún más dedicándose a la tarea de escribir las cartas de amor a las novias de sus compañeros.
Con todo, tuvo que complacer al progenitor estudiando derecho. Luego cruzó el Atlántico para hacer realidad su sueño.
Mientras daba clases de Literatura Española en la Universidad de Londres, la afamada editora Carmen Balcells, lo convenció de mudarse a Barcelona a vivir como escritor de tiempo completo; así llegó al puerto catalán ya con cuatro novelas escritas: La ciudad y los perros (1962), La Casa Verde (1965), Los cachorros (1967) y Conversación en La Catedral (1969).
Y es gracias en gran medida a esa decisión que Vargas Llosa dejó como legado 20 novelas, un libro de cuentos, 10 obras de teatro, 14 libros de ensayo, dos de crónicas y uno de memorias.
Una vida dedicada, con pasión, con rigurosidad y con estudio a las letras, aunque tuvo tiempo también para otra fuerte inclinación suya que fue la política. Incluso fue candidato presidencial en 1990 y perdió la carrera frente a Alberto Fujimori.
Los estudiosos de su obra indican que leer a Mario Vargas Llosa es leer a Perú y a América Latina, con su historia, su política y sus problemas estructurales, pero también leer sus amores y sus experiencias más íntimas, con comicidad y con sátira.
Reconoció que en Gustave Flaubert se encontró como escritor y adoptó la metodología que implica la precisión y la perfección de buscar la palabra más adecuada.
Junto con Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Alejo Carpentier conformó el “boom latinoamericano”, que internacionalizó nuestra literatura. Mario Vargas Llosa, fallecido el recién pasado 13 de abril a sus 89 años, representa, por tanto, el fin de una generación excepcional.
Para repasar su vida y su obra conversaremos con el escritor Carlos Cortés.