Esta es una de las meditaciones de sala que más impacto genera entre mis alumnas y alumnos. ¿Alguna vez has puesto tu mano sobre el corazón y te has dicho a ti mismo: sé feliz, que te vaya bien, que tengas salud y paz? No nos han enseñado a querernos. Lo que vamos a entrenar a lo largo de estos veinte minutos es la amabilidad con uno mismo, es la conexión con nuestro amor interno. Uno de los pilares fundamentales para el desarrollo personal.