El peor año en la vida de tantos ha sido
el mejor año en la fulgurante carrera de Bad
Bunny. Tras irrumpir en 2018 con ‘X100PRE’
(todavía su cima artística) y aliarse en 2019 con J Balvin en el súper ventas
‘Oasis’ además de consolidarse en la industria de Estados Unidos (es decir, en
la global), este año ha sido el de la confirmación del ‘Conejo Malo’ como icono
pop de los nuevos tiempos. Los rumores sobre su despedida de la
música, alentados por el título de este nuevo álbum y una sagaz campaña de
marketing en YouTube, en realidad responden a una pregunta: ¿qué metas le
quedan por conseguir, a sus 26 años?
Sin ese enemigo común de la comunidad
latina que es Donald Trump (quien, por mucho que le cueste,
tendrá que abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero). Sin
colaboradores con los que trabajar por primera vez (ya ha grabado con las
grandes estrellas del género de ahora y antes, desde Rosalía, Duki y Anuel AA
hasta Don Omar, Daddy Yankee y Nicky Jam). Sin barreras que romper (el
reggaetón y el trap latino se han colado en las portadas de los medios generalistas
más influyentes)…
Uno podría pensar que la industria de la música ha
sido hasta ahora una tomadura de pelo si de repente Bad Bunny es capaz de sacar
en un solo año tres discos
que están entre el notable y el notable alto (¡en
total 50 canciones!). Su fuerte es que no baja el listón pese a
esa incontinencia creativa a lo Woody Allen. Es cierto que ninguno de sus
tres últimos trabajos llega al sobresaliente, pero todos ellos tienen fogonazos
de genialidad sólo al alcance de unos pocos.
En este caso sobresale la colaboración tan
esperada con Rosalía en ‘La noche de anoche’, donde ambos explotan las armas
que les han hecho grandes: su carisma y esas voces tan singulares.
También quedará en el recuerdo cuando pase el tiempo del hype ‘Dákiti’, firmado
junto a uno de los nuevos cantantes puertorriqueños que le siguen la pista en
cuanto a talento y flow, Jhay
Cortez. Entre tanto, hay grandes dosis de chulería (‘El mundo es mío’)
pero teñidas de esa melancolía marca de la casa (‘Maldita pobreza’).
Para el 2021 hay que pedirle a Bad Bunny
que se concentre en una sola obra pero que vaya a por el 10. Quizá esa
perfección sea ya lo único que le falta por conseguir.
José Fajardo