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Necesitamos oxígeno para respirar, un oxígeno que abunda en forma de moléculas compuestas por un par de átomos. Pero hay otra posible asociación que agrupa a tres átomos de oxígeno y se conoce como “ozono”. El ozono es un gas que, a niveles de superficie terrestre, tiene tanto origen natural como artificial, pero su principal protagonismo lo alcanza en las capas altas de la atmósfera. Es en la estratosfera, en alturas entre los 15 y 50 km donde, gracias a la acción de los rayos ultravioleta del Sol, el ozono bloquea la radiación ultravioleta más dañina e impide que llegue hasta nosotros. Pero esa capa protectora ha sufrido cambios notables durante los últimos 70 años debido a la acción de ciertos compuestos (CFC) que destruyen en el ozono estratosférico y ponen en peligro a los seres vivos. Por suerte para nosotros los gobiernos de todo el planeta se pusieron de acuerdo para reducirlos y el ozono se está recuperando. No obstante, esa recuperación no es todo lo rápida que debiera porque los CFCs no son los únicos factores que atacan al ozono. Una artículo publicado en Nature Climate Change por nuestro invitado, Julián Villamayor, investigador posdoctoral en el Departamento de Química Atmosférica y el Clima del Instituto de Química Física Blas Cabrera, llama la atención sobre otros productos destructores del ozono que se conocen como halógenos de vida corta.
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Necesitamos oxígeno para respirar, un oxígeno que abunda en forma de moléculas compuestas por un par de átomos. Pero hay otra posible asociación que agrupa a tres átomos de oxígeno y se conoce como “ozono”. El ozono es un gas que, a niveles de superficie terrestre, tiene tanto origen natural como artificial, pero su principal protagonismo lo alcanza en las capas altas de la atmósfera. Es en la estratosfera, en alturas entre los 15 y 50 km donde, gracias a la acción de los rayos ultravioleta del Sol, el ozono bloquea la radiación ultravioleta más dañina e impide que llegue hasta nosotros. Pero esa capa protectora ha sufrido cambios notables durante los últimos 70 años debido a la acción de ciertos compuestos (CFC) que destruyen en el ozono estratosférico y ponen en peligro a los seres vivos. Por suerte para nosotros los gobiernos de todo el planeta se pusieron de acuerdo para reducirlos y el ozono se está recuperando. No obstante, esa recuperación no es todo lo rápida que debiera porque los CFCs no son los únicos factores que atacan al ozono. Una artículo publicado en Nature Climate Change por nuestro invitado, Julián Villamayor, investigador posdoctoral en el Departamento de Química Atmosférica y el Clima del Instituto de Química Física Blas Cabrera, llama la atención sobre otros productos destructores del ozono que se conocen como halógenos de vida corta.
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