En este episodio hablamos con Blanca Del Noval sobre la fermentación con descartes. Hasta ahora, hemos estado hablando de productos fermentados con los que los humanos llevamos conviviendo desde hace siglos, como son la cerveza, el vino, el koji o la kombucha. Sin embargo, podemos aplicar los microorganismos empleados en estos productos a un sinfín de matrices alimentarias. Aquí se abre una puerta a un mundo prácticamente desconocido e infinito, en el que el único límite es la creatividad. Por ejemplo, Jason White hablaba de utilizar las enzimas del amazake para forzar la maduración de los caquis; o de combinar dos productos fermentados elaborando así la kombucha de amazake. Hoy tenemos el privilegio de hablar con una persona que utiliza la fermentación para aprovechar residuos alimentarios. Blanca Del Noval lleva esta idea a la cocina, entendiendo que los residuos no existen, sino son una falta de creatividad. Como sabemos, la fermentación nos ayuda a crear olores, sabores, texturas… y si aplicamos esta técnica a por ejemplo, cáscaras de frutas, logramos darle una segunda vida a aquello que normalmente tirarías.