¿Luchas constantemente contigo mismo para vivir una vida de santidad delante de Dios? ¿Cómo puedo mantener una vida de santidad? Muchas veces hemos escuchado, e incluso se nos ha enseñado, que vivir en santidad consiste en seguir normas y reglas. Sin embargo, la santidad no se trata solo de cuánto nos alejamos del pecado, sino de cuán frecuentemente nos acercamos a la santidad de Dios.

La realidad de este siglo es que la ansiedad y la depresión son enfermedades que están paralizando a toda la sociedad. La salud mental se ha convertido en uno de los temas más discutidos de nuestra época. Sin embargo, resulta irónico que se hable tanto de ello sin abordar el problema desde su raíz. Acompáñanos en este episodio, donde compartimos nuestro testimonio personal sobre este desafío, al que todos estamos expuestos.

¿Sabías que la presencia de Dios no se limita solo a tu habitación? En el capítulo de hoy, discutiremos cinco maneras prácticas de llevar la presencia de Dios contigo, desde llevar a tus hijos al colegio hasta sacar la basura de tu casa. Su presencia se encuentra en cada rincón del mundo y en cada momento de tu día; solo necesitamos ser conscientes de que Él está con nosotros y listo para tener una conversación.

¿En qué o en quién está puesta tu fe? ¿Es tu fe en Jesús una fe verdadera? ¿Será que estás frustrado/a porque, sin darte cuenta, has puesto tu fe en la promesa y no en Aquel que te hizo la promesa? ¿Está tu fe dando frutos visibles?

Cuando hablamos de una fe verdadera, nos referimos a una fe que produce frutos visibles; una fe que refleja en nuestro carácter a Jesús y sus virtudes, tales como el amor, la paciencia, la paz y el dominio propio.

¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios tuvo que enviar a Su Hijo Jesús para ser sacrificado y salvar nuestras vidas? Es fundamental comprender el significado del sacrificio de Jesús en la cruz, porque nuestra confianza en que estaremos junto a Dios en el cielo depende completamente de este acto de amor. Dios, en Su misericordia, sacrificó a Su Hijo para pagar la deuda que nosotros deberíamos haber pagado en esa cruz.

En este episodio, desarrollaremos el capítulo 2 de mi libro “Viviendo Su Voluntad”. ¿Cuál es la fuente de tu esperanza en esta vida? ¿Estás buscando refugio en alguna esperanza que le dé sentido a tu existencia? Existen muchas esperanzas en las cuales el ser humano ha depositado su confianza; sin embargo, a lo largo del tiempo se ha demostrado que nada ni nadie ha logrado saciar por completo esta sed. La fuente inagotable que llena nuestras vidas con una esperanza eterna se llama Cristo Jesús.

El ser humano inevitablemente enfrentará situaciones difíciles a lo largo de su vida, como la pérdida de un ser querido, enfermedades, rupturas de relaciones y otros eventos dolorosos. Por ello, es crucial contar con el conocimiento adecuado para apoyar a quienes atraviesan estos momentos de trauma, así como para enfrentar estas circunstancias de manera saludable e integral, considerando también el aspectos espiritual y emocional.

¿Sabías que Dios está buscando algo en esta generación? Él anda buscando hombres y mujeres imperfectos que se levanten con valentía para interceder por una generación que necesita volver a los pies de Jesús. La esencia de Dios es la misericordia y la compasión, pero también busca personas que, sin reservas, perseveren en oración por quienes aun están perdidos.

Los valles son momentos difíciles en la vida, esos en los que todo parece incierto e inestable, nos llegan a todos en algún momento. Quizás ya hayas pasado por algo así o estés atravesándolo ahora. Esos bajones son inevitables y no podemos preverlos. El mayor error que podemos cometer es intentar huir de ellos. Sin embargo, la clave para superarlos está en mantener la perspectiva correcta sobre lo que Jesús puede hacer en nosotros durante esas etapas.

El temor es una emoción humana natural que, en muchas ocasiones, nos protege de tomar decisiones precipitadas en momentos cruciales. Sin embargo, cuando Adán pecó, el temor lo llevó a esconderse de Dios (Génesis 3:10). Este tipo de miedo, provocado por el pecado y la culpa, nos impide experimentar la plenitud del amor de Dios y vivir en libertad. Es esencial que abordemos el temor de manera bíblica para no permitir que controle nuestras vidas.