Si te quedas habitualmente hasta muy tarde trabajando porque siempre tienes cosas que terminar te recomiendo que escuches este episodio porque tal vez tenga una solución para ti.

Y es que hoy vamos a hablar sobre la ley de Parkinson o el tiempo que tardamos en hacer las cosas y cómo puede jugar un papel clave para nuestra productividad.

Os dejo directamente con el episodio de hoy.

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¡Hasta mañana!

Tomarnos pequeños descansos es clave cuando nos saturamos con una tarea o simplemente nuestra mente está ya demasiado nublada por tanta concentración o agitación mental.

A lo largo del día es normal que nos tomemos muchos descansos pero el problema viene cuando después de alguno de ellos ya no eres capaz de volver a reconectar con el trabajo o la tarea que estabas haciendo.

Eso es exactamente lo que le pasa a Laura, una oyente del podcast que me escribió con este común problema y que voy a tratar de ayudarle a solucionarlo con el episodio de hoy.

Atentos que esto le pasa a mucha gente.

Venga, vamos con el episodio mientras yo me despido.

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¡Hasta mañana!

Cuántas veces habremos escuchado eso de que en el trabajo no hay que tener amigos. Entiendo el razonamiento pero no estoy de acuerdo.

Claro que tener amigos en el trabajo puede generar más de una situación de fricción, más de un problema pero aún así creo que los beneficios compensan de sobra los problemas.

Por eso quiero contaros por qué siempre es mejor tener amigos que no tenerlos en el trabajo.

Atentos que igual hoy os cambia la perspectiva de este tema y empezaréis a ver a algunos compañeros de una manera diferente.

Venga, vamos con el episodio y yo me voy a preparar el siguiente.

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¡Hasta mañana!

Mezclar amistad y trabajo en muchas ocasiones es complicado y justo hoy vamos a ver un caso de este tipo.

¿Cómo actuarías tu cuando tu jefe es tóxico y, además, es tu amigo?

Os dejo el email que recibí y lo analizamos:

Resulta que mi jefa y yo desde un principio hicimos muy buenas migas, tenemos una conexión buena, nos reímos, y nos apreciamos mucho. Hemos superado épocas de estrés juntas, animándonos una a la otra, y eso nos ha unido mucho. Es decir, aunque no hacemos muchas cosas juntas fuera del trabajo, somos buenas amigas y contamos la una con la otra para todo. Sin embargo, con el paso del tiempo (2 años juntas prácticamente todos los días), han sucedido dos cosas: – Ella ha tenido problemas personales (su padre está enfermo y le toca cuidar de él), que junto a la presión que tiene por su alto cargo, han hecho que esté con síntomas claros de ansiedad y sobretrabajo: no duerme, está alterada y nerviosa, come a deshora o no come, está siempre muy negativa, todo le va mal, etc… – El aumento de confianza entre nosotras ha hecho que me cuente todo esto, que no «disimule» su mal humor y que me lo trasmita cada día. Por tanto me veo muchos días en una situación complicada: por un lado la entiendo porque lo que tiene encima es gordo; pero por otro lado, no sé hasta qué punto debería dejar que me hablase de malas maneras o que me aportase toda su negatividad cada día, porque termina afectándome a mi. Me riñe por cosas absurdas con un mal tono, se queja por todo (como hay confianza, se queja incluso de otras personas, es decir, no esconde nada)…y yo he terminado por asentir y tratar de mostrarle el lado positivo, pero no hay manera. Total, que hay días que yo he explotado (también en confianza) por el estrés que llevo, y entonces parece darse cuenta y me pide disculpas o me anima. Pero al día siguiente está de nuevo con los comentarios negativos, tensión, etc… No sé si debería decirle de alguna forma que no me hable en ese tono, pero claro, es algo que me cuesta mucho decir porque además ella muchas veces se justifica con que «ella habla así». También pensé que quizá soy YO la que debería impedir que me afecte, y lo intento, pero a veces me es complicado que me riña o me hable mal e ignorarlo. En ese momento no me lo tomo a mal, respiro e intento no hacer caso, pero al final se me termina acumulando hasta que un día de estrés exploto, y creo que viene de la acumulación de todas esas «frasecitas, llamadas de atención» que no me parecen justas. Por tanto, a pesar de que es una gran persona, me ha ayudado muchísimo a crecer a nivel profesional, y me enseña mucho..creo que a veces es un poco «tóxica» para mi porque no me aporta nada bueno que me esté diciendo continuamente que todo le va mal, o que me hable de malas maneras cuando ella está mal personalmente. En ocasiones pienso que «me toca tragar» porque es mi jefa, pero otros días pienso «hasta qué punto debe afectar a mi estado de ánimo?Es esto justo? No debería decirle algo y no dejar que me hable así?». Por si te ayuda a «entender» a este tipo de jefa, también es una persona parecida al perfil que contaste en un podcast…de esas que cambian de opinión y son un poco torbellino/desastradas, pero que son recursos buenos para la empresa y que tienen muuuucho expertise en lo suyo. Si has llegado hasta aquí (menudo tostón pero creo que eran necesarios los detalles para entender el tipo de persona con el que trato), muchísimas gracias por leerme. Espero que te apetezca hablar del tema y que me puedas ayudar. Gracias! un abrazo.

Lo analizamos en el episodio de hoy.

Recordad que si queréis enviarme vuestro caso podéis escribirme a través del formulario de contacto.

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No sé cómo contar esto. Resulta muy complicado pero voy a tratar de hacerlo.

El hambre que tengo sobre aprender va a más porque a medida que aprendo quiero más y más porque me doy cuenta que por cada tema nuevo aparecen muchos más. Y a más aprendo mejor me va porque entiendo mucho mejor mi entorno profesional, mis objetivos, mi trabajo, etc…

Pero no me enrollo por aquí y os lo cuento todo en el podcast para cerrar la semana.

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¡Hasta la semana que viene!

Una oyente del podcast me preguntaba cómo lidiar cuando ascienden a tus compañeros que trabajan contigo pero no a ti.

Hay muchísimo que tratar aquí pero vamos a centrarnos en qué podemos hacer nosotros para entender esta situación y actuar en consecuencia porque aunque puede parecer inicialmente algo malo también es una buena oportunidad de crecimiento personal y profesional.

Os lo cuento en el episodio de hoy.

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¡Hasta mañana!

Crecer y evolucionar profesionalmente pueden parecer sinónimos pero realmente no lo son. Son similares pero realmente crecer es consecuencia de evolucionar aunque no necesariamente cuando evolucionamos crecemos profesionalmente.

Es un poco complicado explicarlo por aquí así que si os parece vamos directamente con el episodio de hoy.

Venga, vamos a ello.

Mientras tanto yo me voy a preparar el siguiente.

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¡Hasta mañana!

Durante nuestra carrera profesional es normal que pasemos por diferentes etapas donde a veces el cuerpo nos pide tranquilidad, descanso e ir a un ritmo mucho más suave y en cambio en otras ocasiones todo lo contrario.

Justamente yo estoy en ese punto donde el cuerpo me pide marcha, hacer más cosas y no parar.

Entender esto es importante pero también el saber «dimensionar» nuestro estilo de vida para que todo eso no nos pase factura.

Sobre todo esto y más reflexiono en el episodio de hoy.

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Nos escuchamos la semana que viene.

Crear rutinas me ha cambiado literalmente la vida. Soy una persona que con una buena rutina por la mañana soy capaz de hacer más cosas de las que me habría imaginado.

Por eso cuando rompo esas rutinas todo empieza a salir peor, dejo de avanzar tanto como podría y pierdo algunos buenos hábitos por el camino.

Hoy os quiero contar por qué me sucede todo esto y qué estoy haciendo para evitarlo porque se que muchos de los que escucháis estos episodios os vais a sentir muy identificados.

Os dejo con el episodio y me voy a preparar el siguiente.

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¡Hasta mañana!

Hace apenas unos días un oyente del podcast me contaba cómo tras escuchar un episodio del podcast su vida profesional empezó a cambiar para mucho mejor.

El episodio en concreto era 1088. El arte (profesional) de construir donde hablo de la importancia de pasar de ser un mero ejecutor a aprender a construir soluciones. Una importante lección que aprendí hace un tiempo y que quise transmitiros en ese episodio.

Bien, pues lo que os voy a contar es el caso de esta persona con la que tuve la suerte de hablar porque me interesó mucho conocer su caso y que hoy os voy a contar con todo el detalle posible.

No tanto por conocer su caso sino como forma de inspiración porque siempre al ver que otras personas consiguen generar ese punto de inflexión profesional nos ayuda a darnos cuenta que nosotros también podemos conseguir lo mismo.

Muy atentos porque a veces estamos a un pequeño paso de empezar a hacer cosas grandes, como le pasó a nuestro caso anónimo de hoy.

Continuamos mañana con más.

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¡Hasta mañana!