🎯 Se acerca el año nuevo y, si eres como yo, tienes una mezcla de sensaciones. Por un lado, sientes el entusiasmo de que inicia un nuevo año, lo cual te motiva a colocarte nuevas metas ambiciosas y emocionantes. Pero por el otro lado, sientes algo de frustración porque otro año ha pasado y, como de costumbre, no has alcanzado la mayoría de las metas que ya te habías propuesto. ¿Pero sabes qué? Si eres el tipo de persona que creo que eres, te apuesto a que has avanzado más de lo que te estás imaginando. A continuación te mostraré cómo puedes elevar tu autocompasión y tu autoconfianza aprendiendo a identificar, recordar, y apreciar todos los logros, grandes y pequeños, que has tenido en estos últimos doce meses. Y así inicies el nuevo año con la actitud adecuada para lograr mucho más.

¿Conoces a una persona que acaba de terminar una relación amorosa, y de inmediato está buscando empezar otra? Y cuando le preguntas por qué tiene tanta prisa, te responde algo como “porque me encanta estar perdidamente enamorada”. Y esa persona no se da cuenta de que esa es justamente la razón por la que ninguna de sus relaciones ha perdurado, a pesar de que ha tenido la intención. Verás, la sensación de enamoramiento inicial es como una droga que, si te dejas llevar, te ciega temporalmente frente a actitudes y cualidades en la otra persona que detestarías en una pareja a largo plazo. Pero como estás tan ocupado sintiendo el placer esporádico de esa primera etapa, terminas abriendo los ojos muy tarde ¿Qué tal entonces si cambiamos la frase “me encanta estar perdidamente enamorado” por “me encanta estar sanamente, inteligentemente y serenamente enamorado”. No suena tan romántico, pero créeme que así serás más feliz.

¿Qué se puede decir de un papá que le pega a sus hijos? Bueno, lo más notable en un caso como ese es su incapacidad para manejar con asertividad la situación, y corregir de una forma apropiada a sus hijos. Ya sea por falta de inteligencia, o por falta de conocimiento, o por falta de interés, los padres que pegan a sus niños están cometiendo el terrible error de enseñarles a resolver las cosas con violencia. Y de adulta, mucha gente transfiere ese aprendizaje a otros tipos de violencia: poca paciencia, actitud confrontativa, palabras hirientes, agresividad pasiva… Y en mi opinión, la violencia tiene cabida aceptable sólo en un escenario, cuando está en riesgo tu vida, o la de tus seres queridos. En un conflicto, siempre podrás identificar al más débil por su necesidad de alzar la voz y atacar, y al más fuerte por su habilidad para mantener la calma y ser asertivo.

¿Conoces a alguien que se la pasa quejándose todo el tiempo? Pero no quejándose de todo, sino de algo en específico. Que puede ser de su trabajo, de su pareja, de su economía, de su país, o hasta de un rasgo de su personalidad. Estás tan acostumbrado a escuchar sus lamentos que te llegas a preguntar ¿Qué es lo que gana con quejarse tanto? ¿Si es tan malo, por qué no hace nada al respecto? La respuesta es sencilla, y a la vez inquietante: porque está acostumbrado a sufrir por eso. Y esta razón parece absurda, pero la dependencia emocional genera uno de los lazos más profundos y difíciles de romper. La gente, en su estado mental más básico, siempre va a preferir lo malo conocido que lo bueno por conocer. Si reconoces que tienes dependencia emocional hacia algo negativo, determínate a romperla, porque mientras más tiempo pase, más difícil será.

Me encuentro con mucha gente que tiene el dilema de estar haciendo algo que le funciona profesionalmente, económicamente, socialmente, pero que sabe que en realidad no es lo que más le apasiona, le hace feliz, y le hace sentir viva. Entonces surge la pregunta ¿Me quedo en la seguridad de lo que me funciona, o asumo el riesgo de lo que me apasiona? Y la respuesta varía para cada persona, según su circunstancia y su tipo de personalidad. Por ejemplo, si eres joven, vives con tus padres y no tienes mayores responsabilidades, yo te diría que te enfoques 100% en perseguir lo que te apasiona. Pero si estás casado y con hijos que dependen de ti, yo te diría que te mantengas haciendo lo que te funciona, mientras persigues lo que te apasiona con el tiempo que te sobra. Pero sin importar tu caso, este debe ser tu objetivo final: convertir eventualmente lo que te apasiona en lo que te funciona.

Déjame decirte cómo puedes tener una inmensa ventaja sobre tus competidores si estás intentando vender un producto o servicio. Primero, mientras te sea posible, intenta realizar la venta tú mismo, es decir, tener la conversación directamente con el cliente. Pues nadie sabe más que tú de lo que ofreces, nadie está más interesado que tú en venderlo, y nadie lo hará con más pasión que tú. Y cuando ya sea insostenible, entonces necesitas preparar a tu equipo de ventas para que, no sólo sea capaz de responder a las preguntas técnicas de un cliente potencial, sino que tenga la información necesaria, tanto del cliente (sabiendo extraerla durante la conversación), como del producto o servicio que se le está ofreciendo, para así poder explicarle en detalle cómo este puede satisfacer su necesidad. Te aseguro que hacer esto marcará la diferencia, y les dará la seguridad que necesitan tus prospectos para elegirte por encima de la competencia.

Acabas de tener una idea que consideras brillante. Entiendes que, por todo el conocimiento y la experiencia que has acumulado a través de los años, tienes lo necesario para poder asegurar un gran resultado, implementando esa idea. Y puede que tengas razón. Pero el gran error que comete la mayoría, al intentar llevar a la práctica sus ideas, es que no la valida correctamente. Quizás se te olvida que tu idea tendrá que ser vendida a alguien para que realmente funcione, ya sea a clientes internos (como tu supervisor o un departamento específico), o a clientes externos (como el inversionista o el consumidor final). Y para poder vender tu idea efectivamente, no sólo necesitas conocer la necesidad, sino también saber exactamente las palabras que utiliza tu cliente potencial para describir esa necesidad. Si investigas lo suficiente como para usar las palabras correctas, cerrarás muchas más ventas. Entonces sólo te quedará hacer una entrega de calidad.

Recientemente estuve reunido con alguien a quien le tengo mucha admiración. Ella me estaba proponiendo trabajar juntos en un proyecto. Y esta fue mi respuesta exacta “En este momento tengo más compromisos que nunca, pero contigo, saco el tiempo para iniciar lo que quieras”. Y es que la calidad, la profesionalidad, y la humildad son cualidades irresistibles. Hoy en día, con tanta mediocridad, con tanta arrogancia, y con tanto egoísmo y malas intenciones, es como una brisa de aire fresco encontrar a alguien que te genere la confianza necesaria, en todos los sentidos, como para no poder resistirte a sus proposiciones. Apunta siempre a una alta calidad en todo lo que haces, a un manejo profesional, y a una actitud humilde. Te invito a que te propongas ser tú el tipo de profesional que es admirable e irresistible para los demás. Y créeme que tu éxito estará asegurado.

🏃‍♂️ ¿Te has preguntado por qué se te hace tan difícil romper con ciertos hábitos que sabes que son destructivos para ti? Haces el esfuerzo, mejoras por unos días, y de repente ves que, sin darte cuenta, has retornado a tus acciones habituales que perjudican tu salud física, mental o emocional. La razón es que estás luchando contra una fuerza mayor y mucho más poderosa que tú. Por eso, a continuación analizaremos la verdadera raíz de tus hábitos destructivos, y cómo puedes comenzar a cambiarlos desde dentro hacia fuera.

Escúchame, emprender no es para ti ¿Ok? Eso es lo que le tengo que decir a muchos de mis clientes de coaching que quieren ser parte de la tendencia sexy del emprendimiento, pero que no tienen la fortaleza mental para soportar la incertidumbre, la inestabilidad emocional, y tantas otras cargas bien pesadas que conlleva ser un verdadero emprendedor. Y es que hoy en día esta parece ser la única opción que muchos ven. Pero la realidad es que tienes muchas formas para alcanzar el éxito profesional y la felicidad personal que deseas en tu vida. Puedes ser exitoso y feliz emprendiendo un negocio, si tienes el carácter requerido. Pero también puedes ser exitoso y feliz como profesional independiente. Y también puedes ser exitoso y feliz como empleado en una organización. Sigue lo que realmente te dice tu instinto. ¿Y adivina qué? Tienes derecho a cambiar tu decisión en otra etapa de tu vida.