No estamos acostumbrados al NO. Y cuando llega impacta como una daga en el centro del corazón. ¿Me dice que no porque no le gusto, porque no soy suficiente, porque lo hago mal...?
El NO remueve. Mucho! Y hay que saber gestionarlo.
El NO es retador y te enfrenta a la verdad; no la del otro, a la tuya.
No estamos acostumbrados al NO. Y cuando llega impacta como una daga en el centro del corazón. ¿Me dice que no porque no le gusto, porque no soy suficiente, porque lo hago mal...?
El NO remueve. Mucho! Y hay que saber gestionarlo.
El NO es retador y te enfrenta a la verdad; no la del otro, a la tuya.