Crecemos con la necesidad urgente de querer agradar a los demás, tal vez por miedo al rechazo, a no ser parte de algo. Pero a medida que crecemos nos damos cuenta que esa creencia también se debe romper, porque buscando la aprobación de todos, terminamos por aplazarnos a nosotros mismos. Bienvenido a otro episodio más de Ad Propositum.