Caso real Controlar el colesterol alto sin recurrir a medicamentos
Hoy os traigo un caso real que creo que puede resonar con muchos de vosotros, porque se trata de una condición muy común: el colesterol alto.Anamnesis del paciente
Se trata de un paciente de 45 años, con un diagnóstico reciente de hipercolesterolemia y riesgo cardiovascular alto debido a un síndrome metabólico.
Este diagnóstico incluía obesidad abdominal, hipertensión arterial y triglicéridos elevados.Cuando llegó a consulta, el paciente mostró preocupación por su colesterol alto y su riesgo cardiovascular. Quería evitar el tratamiento farmacológico, ya que prefería controlar su salud mediante cambios en su estilo de vida.
Valores iniciales de colesterol y perfil lipídico:
- Colesterol total: 260 mg/dL
- LDL (colesterol malo): 180 mg/dL
- HDL (colesterol bueno): 35 mg/dL
- Triglicéridos: 220 mg/dL
Además, tenía obesidad abdominal con un perímetro de cintura de 110 cm y presión arterial elevada (140/90 mmHg).Cambios iniciales mal enfocados
Antes de venir a consulta, el paciente ya había intentado hacer algunos cambios en su alimentación. Sin embargo, aunque bienintencionados, estos no eran efectivos. Por ejemplo:
- Había sustituido la leche de vaca por bebidas vegetales, pero las que estaba tomando eran azucaradas.
- Cambió los yogures naturales por yogures edulcorados pensando que eran más sanos.
- Redujo el consumo de carnes grasas, pero lo sustituyó por embutidos magros como pavo o jamón cocido.
- Consumía galletas "digestive" pensando que eran una buena fuente de fibra.
- Optaba por aceite de girasol en lugar de aceite de oliva por el precio.
A pesar de estos esfuerzos, sus análisis seguían mostrando niveles altos de colesterol y triglicéridos, y no entendía por qué.Intervención en consulta
Tras analizar su dieta y su estilo de vida, diseñamos un plan personalizado enfocado en:
- Ajustes en la dieta:
- Reemplazar las bebidas vegetales azucaradas por opciones sin azúcar añadido o volver a la leche desnatada.
- Cambiar los yogures edulcorados por yogures naturales sin azúcar, añadiendo fruta fresca para endulzarlos.
- Sustituir los embutidos magros por fuentes de proteínas saludables, como pescado azul, huevo o legumbres.
- Eliminar las galletas "digestive" y optar por avena, pan integral 100% o frutas enteras como fuente de fibra.
- Incorporar grasas saludables, como aceite de oliva virgen extra, frutos secos y aguacate.
- Educación alimentaria:
Le enseñamos a leer etiquetas nutricionales para identificar azúcares ocultos, grasas saturadas y elegir productos más saludables. - Incorporación de actividad física:
Empezó con caminatas de 30 minutos 4 días a la semana. A medida que se sintiera más cómodo, añadiría sesiones de fuerza moderada. - Gestión del estrés:
Introdujimos técnicas de relajación como respiración profunda y pausas activas durante su jornada laboral.
Resultados tras cuatro meses
Al cabo de tres meses, el paciente mostró una mejora significativa en su perfil lipídico:
- Colesterol total: Reducido a 200 mg/dL
- LDL (colesterol malo): Reducido a 130 mg/dL
- HDL (colesterol bueno): Aumentado a 45 mg/dL
- Triglicéridos: Reducidos a 150 mg/dL
Además, su perímetro de cintura disminuyó a 102 cm, su presión arterial bajó a 125/80 mmHg, y comenzó a sentirse con más energía y motivado para seguir cuidándose.Conclusión
Este caso nos demuestra que, aunque los cambios iniciales no siempre sean efectivos, con la guía adecuada y un plan bien estructurado, se pueden lograr grandes avances. Lo más importante es no desanimarse y buscar apoyo profesional.
Recordad, pequeños pasos bien dirigidos pueden transformar vuestra salud.
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