Las pruebas de clavados, nado sincronizado y la clasificación de polo acuático se disputarán en el Centro Acuático Olímpico, uno de las dos instalaciones construidas con motivo de los Juegos Olímpicos que quedará como legado deportivo para los habitantes de la zona.

La bandera de Francia se despliega desde la plataforma de 10 metros. al mismo tiempo, cinco franceses se clavan al pozo en el que este verano buscan la consagración en París 2024. Una forma original de inaugurar el Centro Acuático Olímpico. “Aquí vamos a recibir al mundo, veremos a los atletas recolectar medallas. este será un momento de orgullo nacional”, dice entusiasta el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

La voz de la leyenda de la música francesa, Édith Piaf, anuncia la llegada del equipo galo de natación artística. La mitad superior del cuerpo de las ocho atletas desaparece bajo el agua. De repente, una cascada de saltos, piruetas y movimientos al unísono. El equipo olímpico francés está integrado por mujeres, lo que poco a poco será una excepción ya el nuevo reglamento de la disciplina también conocida como nado sincronizado, permite la participación de hasta dos hombres en la rutina por equipos.

“Es bastante espectacular nadar con un soporte musical todo el tiempo, que se relacione con los movimientos propuestos”, dice Laure Aubry, entrenadora del equipo olímpico francés. Ella representó a su país en el programa de dueto en Atenas 2004.

Es el turno para los equipos femenino y masculino de polo acuático de encararse en una piscina con una temperatura promedio de 27 grados centígrados.

La piscina acogerá las pruebas clasificatorias de waterpolo, natación sincronizada y saltos de trampolín. Finalmente, las pruebas emblemáticas de natación son en otra ciudad, en Nanterre, un poco más al oeste de París. Esta elección se hace porque el aforo del Centro Acuático Olímpico es de 5.000 espectadores, muy pocos para la Federación Internacional de Natación que exige un mínimo de 15.000 puestos para las pruebas de natación de categoría mundial. 

Una auténtica joya arquitectónica

Visto desde afuera, tiene forma de barco de madera listo para zarpar, desde adentro, lo describe la entrenadora Aubry: “Lo que llama la atención es la estructura de madera ondulada. Me encanta la vista despejada hacia el Estadio de Francia detrás de los trampolines. Es bastante bonito, estético”.

El techo soporta paneles solares para reducir el consumo de energía en un 30%. Sus sillas están hechas de plástico de botellas recicladas en la región parisina, una técnica desarrollada por una empresa francesa con motivo de los Juegos.

 

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“Finalizadas las justas, este sitio no será solamente el Centro Acuático Olímpico, va a transformarse en polideportivo con muro de escalada, al exterior tendrá canchas de fútbol, de tenis pádel y espacio fitness”, explica Christian Mourougane, director de Desarrollo del Gran París.

El costo total asciende a 188 millones de euros. El Gobierno francés es el principal financiador de la piscina olímpica, con 82 millones de euros.