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Tras haber conseguido la medalla de plata en la prueba de contrarreloj junior, Paula Ostiz se congratula con el éxito al laurearse campeona mundial en la prueba en línea del mundial de Ruanda 2025
No era un sábado cualquiera en Kigali, y menos para una menuda ciclista que estaba ofuscada con la victoria. La capital ruandesa amanecía colapsada a causa de las vallas que delimitaban el circuito por donde deberían pasar las ciclistas más jóvenes del ciclismo internacional. Paula Ostiz se despertó a las 5 de la mañana, sin ansiedad y con las ideas claras. Desde el martes pasado, cuando se colgó la medalla de plata en la prueba contrarreloj de la categoría menor (Junior) solo tenía una obsesión… conseguir el maillot arcoíris con el que se distinguen los campeones mundiales.
Para Paula, más que una obsesión, era una necesidad. Desde bien pequeña tuvo que ir a remolque para comprar material que le permitiese competir en igualdades con las otras ciclistas de su edad. Cada victoria se traducía en una financiación. En una beca. En una ayuda financiera que le permitiese seguir creciendo para abrir puertas a bases de pedaladas.
Tras haber firmado un contrato con la escuadra de promesas Movistar, Paula pudo foguearse un par de carreras con las profesionales del mismo equipo antes de aterrizar en Ruanda.
Paula Ostiz era consciente de ser la gran favorita y ganó. No llegó en solitario a meta ni sometió a sus rivales, sino que lanzó su sprint infernal a menos de 150 metros de la meta sin desperdiciar energía innecesariamente durante la carrera. La ciclista navarra de 18 años finalmente vencería por delante de la italiana Chantal Pegolo y la suiza Anja Grossmann.
Sus lágrimas en el podio no serían como consecuencia del exigente recorrido de 74 kilómetros y 1.349 metros de desnivel acumulado por el que tuvo que rodar para conseguir esta gran gesta. Fueron lágrimas de emoción a sabiendas de que a partir de ahora se abrirán mas puertas para que pueda seguir creciendo como ciclista sin la presión y necesidad de demostrar su enorme valor sobre las dos ruedas.
En Kigali no solo se coronó una princesa. Marcará la leyenda de la posible futura reina del ciclismo mundial femenino. ¡Larga vida a Paula Ostiz!
By RFI EspañolTras haber conseguido la medalla de plata en la prueba de contrarreloj junior, Paula Ostiz se congratula con el éxito al laurearse campeona mundial en la prueba en línea del mundial de Ruanda 2025
No era un sábado cualquiera en Kigali, y menos para una menuda ciclista que estaba ofuscada con la victoria. La capital ruandesa amanecía colapsada a causa de las vallas que delimitaban el circuito por donde deberían pasar las ciclistas más jóvenes del ciclismo internacional. Paula Ostiz se despertó a las 5 de la mañana, sin ansiedad y con las ideas claras. Desde el martes pasado, cuando se colgó la medalla de plata en la prueba contrarreloj de la categoría menor (Junior) solo tenía una obsesión… conseguir el maillot arcoíris con el que se distinguen los campeones mundiales.
Para Paula, más que una obsesión, era una necesidad. Desde bien pequeña tuvo que ir a remolque para comprar material que le permitiese competir en igualdades con las otras ciclistas de su edad. Cada victoria se traducía en una financiación. En una beca. En una ayuda financiera que le permitiese seguir creciendo para abrir puertas a bases de pedaladas.
Tras haber firmado un contrato con la escuadra de promesas Movistar, Paula pudo foguearse un par de carreras con las profesionales del mismo equipo antes de aterrizar en Ruanda.
Paula Ostiz era consciente de ser la gran favorita y ganó. No llegó en solitario a meta ni sometió a sus rivales, sino que lanzó su sprint infernal a menos de 150 metros de la meta sin desperdiciar energía innecesariamente durante la carrera. La ciclista navarra de 18 años finalmente vencería por delante de la italiana Chantal Pegolo y la suiza Anja Grossmann.
Sus lágrimas en el podio no serían como consecuencia del exigente recorrido de 74 kilómetros y 1.349 metros de desnivel acumulado por el que tuvo que rodar para conseguir esta gran gesta. Fueron lágrimas de emoción a sabiendas de que a partir de ahora se abrirán mas puertas para que pueda seguir creciendo como ciclista sin la presión y necesidad de demostrar su enorme valor sobre las dos ruedas.
En Kigali no solo se coronó una princesa. Marcará la leyenda de la posible futura reina del ciclismo mundial femenino. ¡Larga vida a Paula Ostiz!

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