El británico Harry Hudson se hizo con la medalla de oro en la prueba junior en línea con bastante superioridad mientras que el italiano Lorenzo Finn tiró de experiencia para renovar el maillot arcoíris, esta vez en sub-23, tras su éxito el año pasado en la categoría juvenil.  

El británico Harry Hudson se hizo con la medalla de oro en la prueba junior en línea con bastante superioridad mientras que el italiano Lorenzo Finn tiró de experiencia para renovar el maillot arcoíris, esta vez en categoría sub-23, tras su éxito el año pasado en la categoría juvenil.  

 

El mundial de ciclismo en Ruanda ha tomado un ritmo vertiginoso de cara a la prueba reina dominical donde los ciclistas de elite pondrán la guinda a la torta de este evento que ha subido enteros a medida que la competición progresaba. En la jornada del viernes les toco madrugar a los más jóvenes. Las promesas que están a punto de dar el salto al profesionalismo de la bicicleta. En una prueba en ruta que se distinguió por la igualdad entre los competidores fue el británico Harry Hudson quien se mostró el más astuto de todos. Su fuga cuando faltaban dos vueltas para completar el circuito urbano de Kigali obtuvo premio ya que fue capaz de aguantar en solitario hasta franquear la línea de meta.

Por detrás en una veleta improvisada el francés Johan Blanc sobrepasaría al polaco Jan Jackowiak repartiéndose la plata y el bronce respectivamente. Y todo gracias a la caída inoportuna del gran favorito, el joven español Benjamín Noval, que cayó contra una valla de protección cuando se iniciaba la última subida al muro de Kimihurura, en su empeño por alzarse con un metal.

Tres jóvenes promesas latinoamericanas dejaron un buen desempeño tras llegar a meta en el grupeto de cabeza. De un lado el mexicano José Cisneros que acabaría en la posición 17 a 54 segundos del vencedor, el colombiano Jerónimo Calderón en la plaza 19 a 1’02’’ y el costarricense Sebastián Castro, que quedaría en el puesto 24 a 1’ 45’’.

 

Prueba en línea categoría sub-23 masculina

Impresionante es como se puede catalogar la victoria del italiano Lorenzo Finn en la capital de Ruanda. Un año después de haberse enfundado el maillot arcoíris en la categoría junior, renovó su prenda en una categoría superior, la de sub-23. El genovés de 18 años está decidido a entrar en la elite mundial por la puerta grande y los equipos world-tour ya están pendientes de él.

En cuanto a la carrera de esta categoría, el español Héctor Álvarez, primero, y sobre todo el italiano Lorenzo Finn, decidieron iniciar la pelea a más de dos vueltas del final. Esto permitió que un grupo de seis ciclistas se distanciaran del resto de los favoritos. Junto a Finn y Álvarez estaban el suizo Jan Huber, el australiano Marco Schrettl, el polaco Mateusz Gajdulewicz y el noruego Halvor Dolven, pero este último se vio rápidamente distanciado.

En cabeza, Lorenzo Finn había reducido el grupo delantero. Al cruzar la meta, solo Jan Huber se mantenía a su paso. Pero el italiano se alzó con la victoria a 5 km de la meta. Así, aseguró su segundo título mundial consecutivo, tras su triunfo en Zúrich el año pasado. El suizo Huber y el austriaco Schrettl le acompañaron en el podio.

Habrá que destacar la actuación del ecuatoriano, Mateo Ramírez, que, en año vertiginoso de ascensión, finalizó en la décima posición dejando claro que el futuro del ciclismo de su país está en buenas manos. Tras estar a prueba en el equipo Talavera de la Reina se subió al tercer cajón del podio del campeonato de Ecuador para ser fichado inmediatamente por la cantera del equipo más poderoso del mundo, el UAE. Su décima posición en los sub-23, donde aún podrá seguir participando un par de temporadas, no pone límites a un ciclista que está llamado a ser uno de los grandes pedalistas en la región latinoamericana.