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El director español José Luis Guerín conversó con nosotros sobre su última película filmada en un barrio periférico de Barcelona que encierra grandes consideraciones de nuestro tiempo: la inmigración, el racismo, la pérdida de la memoria en la vejez, el acoso infantil. “Historias del buen valle” es un retrato íntimo, mas no victimista, de este enclave donde los habitantes manifiestan su apego a su territorio.
Ese lugar se llama Vallbona, y aunque está a pocos kilómetros de Barcelona es un territorio bastante desconocido. Un valle que se fue convirtiendo en un asentamiento a partir de la guerra civil española. Hoy ese lugar está rodeado de carreteras, de vías férreas, cerca y a la vez aislado de la ciudad, como consecuencia del crecimiento urbano feroz y caótico.
Allí encontró José Luis Guerín un vivero de historias personales y de vivencias, contadas en este documental por los mismos habitantes de este enclave ultra diverso. En Vallbona viven catalanes, andaluces, portugueses, marroquíes, ucranianos, rusos, gitanos, guineanos. Un barrio-mundo donde se concentran todas las metáforas de nuestra época.
“Es un barrio que ha quedado muy aislado. Sin embargo, he encontrado las metáforas del mundo de nuestro tiempo. Allí han ido a parar muchas familias de nacionalidades diversas; incluso se escuchan hasta 12 idiomas distintos en la película. La perspectiva de aldea global me fascinaba mucho como cineasta, es decir, partir de una realidad tan pequeñita, humilde, local, para crear un relato universal”, explicó a RFI José Luis Guerín.
El director español da la palabra a los habitantes de Vallbona. A través de cada personaje o cada grupo familiar, se abordan temas sociales muy distintos: las guerras, la inmigración, el acoso infantil, la vejez y la pérdida de la memoria, e incluso el desarrollo urbano sin planificación.
Las condiciones de vida en Vallbona son de hecho una consecuencia de la gentrificación a ultranza. Pero los habitantes de esta "isla" han conservado un sentido de comunidad y una lógica de vida a través de la solidaridad.
Esta película tuvo su estreno mundial en el Festival de cine de San Sebastián, donde conquisto el Premio Especial del Jurado, y ahora podrá verse en los cines franceses y del mundo.
By RFI Español5
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El director español José Luis Guerín conversó con nosotros sobre su última película filmada en un barrio periférico de Barcelona que encierra grandes consideraciones de nuestro tiempo: la inmigración, el racismo, la pérdida de la memoria en la vejez, el acoso infantil. “Historias del buen valle” es un retrato íntimo, mas no victimista, de este enclave donde los habitantes manifiestan su apego a su territorio.
Ese lugar se llama Vallbona, y aunque está a pocos kilómetros de Barcelona es un territorio bastante desconocido. Un valle que se fue convirtiendo en un asentamiento a partir de la guerra civil española. Hoy ese lugar está rodeado de carreteras, de vías férreas, cerca y a la vez aislado de la ciudad, como consecuencia del crecimiento urbano feroz y caótico.
Allí encontró José Luis Guerín un vivero de historias personales y de vivencias, contadas en este documental por los mismos habitantes de este enclave ultra diverso. En Vallbona viven catalanes, andaluces, portugueses, marroquíes, ucranianos, rusos, gitanos, guineanos. Un barrio-mundo donde se concentran todas las metáforas de nuestra época.
“Es un barrio que ha quedado muy aislado. Sin embargo, he encontrado las metáforas del mundo de nuestro tiempo. Allí han ido a parar muchas familias de nacionalidades diversas; incluso se escuchan hasta 12 idiomas distintos en la película. La perspectiva de aldea global me fascinaba mucho como cineasta, es decir, partir de una realidad tan pequeñita, humilde, local, para crear un relato universal”, explicó a RFI José Luis Guerín.
El director español da la palabra a los habitantes de Vallbona. A través de cada personaje o cada grupo familiar, se abordan temas sociales muy distintos: las guerras, la inmigración, el acoso infantil, la vejez y la pérdida de la memoria, e incluso el desarrollo urbano sin planificación.
Las condiciones de vida en Vallbona son de hecho una consecuencia de la gentrificación a ultranza. Pero los habitantes de esta "isla" han conservado un sentido de comunidad y una lógica de vida a través de la solidaridad.
Esta película tuvo su estreno mundial en el Festival de cine de San Sebastián, donde conquisto el Premio Especial del Jurado, y ahora podrá verse en los cines franceses y del mundo.

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