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Carrusel de las Artes los lleva a la ciudad de Clermont-Ferrand, en el centro de Francia y epicentro del festival de cortometrajes más grande e importante del mundo. Entre los galardonados figuran dos cineastas mexicanos, Esteban Arzuela y Gerardo del Razo, cuyos trabajos impactaron al jurado y al público. También conversamos con una de las responsables del festival y con el director colombiano Camilo Escobar.
Se proyectaron más de 500 películas en apenas nueve días, durante los cuales más de 170.000 personas colmaron las 14 salas asociadas a este evento. El Festival internacional del cortometraje de Clermont-Ferrand es un evento popular y concurrido, que se ha impuesto a lo largo de 47 años en esta ciudad rodeada de volcanes en el corazón de Francia.
Cada día las proyecciones comenzaban desde la mañana para satisfacer a un público ávido de descubrir las propuestas cinematográficas venidas de todo el mundo, que se presentaron en distintas secciones.
“Es el festival de cortometrajes mas importante a nivel mundial. Recibimos a cineastas y productores que han inscrito sus cortos o que vienen para el mercado del cortometraje. Es un festival que no solo tiene esta dimensión profesional, que atrae a buena parte de la industria, sino también a la población de la región”, explicó a RFI Diana Borja, miembro del comité de selección internacional del festival.
El Festival del cortometraje tiene una sección nacional, con películas francesas, otra internacional, y una sección llamada “Labo” dedicada a nuevas maneras de hacer cine. El Gran Premio de esa sección este ano fue para la película mexicana “Aferrado” de Esteban Azuela, una historia en las calles de Ciudad de México, que indaga sobre los orígenes de la violencia, pero con un tratamiento visual innovador tanto del protagonista como de los decorados que fueron levantados y animados en 3D.
“La gente todavía no ha visto cosas así. Es algo bastante bello cuando la gente se te acerca con el destello en los ojos de haber descubierto algo nuevo. Para esta película utilicé una técnica que se llama fotogrametría que utiliza escaneos 3D con sensores de proximidad, desarrollada en la industria bélica. Hace 10 años esta tecnología estaba un poco rezagada para los usuarios comunes, y mas para América Latina. Con esta película justamente quería hablar de ese rezago tecnológico en Latinoamérica y el Sur global”, expresó Azuela en entrevista con RFI, quien utilizó la fotogrametría para componer una historia de violencia en la Ciudad de México.
Otro cortometraje mexicano que impactó al público y al jurado fue “Domingo Familiar” de Gerardo del Razo, distinguido con una Mención especial. La secuencia principal de esta película es un “one shot” impresionante que comienza al pie de un edificio. Niños y adultos juegan y pasan un domingo tranquilo, hasta que aparecen dos delincuentes dispuestos a azotar y amenazar a los empleados de dos pequeños negocios.
“Quería explorar un tipo de extorsión muy frecuente en México que es la extorsión gota a gota o cobro de piso, que utilizan ciertos carteles. Y que ha hecho que la vida de los pequeños negociantes se transforme en un infierno. Muchos han tenido que dejar sus negocios o se los han quemado. (…) Es una película sobre un linchamiento, pero no es una elegia a la venganza. Yo pienso que la violencia no soluciona nada. La violencia es un circulo que genera ecos, y la idea de la película es ver como el espectador reacciona a esos ecos”, aseveró el mexicano Gerardo del Razo.
Entre las propuestas latinoamericanas en Clermont-Ferrand encontramos “Un día de mayo” de Camilo Escobar. La cinta cuenta la intimidad de un hogar en la Colombia del año 2000, a través del niño de la casa, Joaquín. En vísperas del día de la madre, estalla una disputa entre su papá y su hermana. El director de este corto Camilo Escobar puso la mirada en un niño sensible y en una familia con un frágil equilibrio.
“Quería cuestionar el modelo binarista de educación. Si eres niño, no se te permite ser sensible. Pero Joaquín es muy cercano a su mama, observa a su hermana que es en ese momento una adolescente enamorada. Y luego está el papá, con quien hay mucha distancia porque es alguien que no sabe cómo acercarse a sus hijos. Quizás porque a partir de su propia crianza, ha sido torpe. (…) Los que crecimos en esas estructuras, me gustaría que reflexionemos sobre la manera de estar con sus hijos, y romper esos esquemas con los que crecimos”, expresó Escobar.
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Carrusel de las Artes los lleva a la ciudad de Clermont-Ferrand, en el centro de Francia y epicentro del festival de cortometrajes más grande e importante del mundo. Entre los galardonados figuran dos cineastas mexicanos, Esteban Arzuela y Gerardo del Razo, cuyos trabajos impactaron al jurado y al público. También conversamos con una de las responsables del festival y con el director colombiano Camilo Escobar.
Se proyectaron más de 500 películas en apenas nueve días, durante los cuales más de 170.000 personas colmaron las 14 salas asociadas a este evento. El Festival internacional del cortometraje de Clermont-Ferrand es un evento popular y concurrido, que se ha impuesto a lo largo de 47 años en esta ciudad rodeada de volcanes en el corazón de Francia.
Cada día las proyecciones comenzaban desde la mañana para satisfacer a un público ávido de descubrir las propuestas cinematográficas venidas de todo el mundo, que se presentaron en distintas secciones.
“Es el festival de cortometrajes mas importante a nivel mundial. Recibimos a cineastas y productores que han inscrito sus cortos o que vienen para el mercado del cortometraje. Es un festival que no solo tiene esta dimensión profesional, que atrae a buena parte de la industria, sino también a la población de la región”, explicó a RFI Diana Borja, miembro del comité de selección internacional del festival.
El Festival del cortometraje tiene una sección nacional, con películas francesas, otra internacional, y una sección llamada “Labo” dedicada a nuevas maneras de hacer cine. El Gran Premio de esa sección este ano fue para la película mexicana “Aferrado” de Esteban Azuela, una historia en las calles de Ciudad de México, que indaga sobre los orígenes de la violencia, pero con un tratamiento visual innovador tanto del protagonista como de los decorados que fueron levantados y animados en 3D.
“La gente todavía no ha visto cosas así. Es algo bastante bello cuando la gente se te acerca con el destello en los ojos de haber descubierto algo nuevo. Para esta película utilicé una técnica que se llama fotogrametría que utiliza escaneos 3D con sensores de proximidad, desarrollada en la industria bélica. Hace 10 años esta tecnología estaba un poco rezagada para los usuarios comunes, y mas para América Latina. Con esta película justamente quería hablar de ese rezago tecnológico en Latinoamérica y el Sur global”, expresó Azuela en entrevista con RFI, quien utilizó la fotogrametría para componer una historia de violencia en la Ciudad de México.
Otro cortometraje mexicano que impactó al público y al jurado fue “Domingo Familiar” de Gerardo del Razo, distinguido con una Mención especial. La secuencia principal de esta película es un “one shot” impresionante que comienza al pie de un edificio. Niños y adultos juegan y pasan un domingo tranquilo, hasta que aparecen dos delincuentes dispuestos a azotar y amenazar a los empleados de dos pequeños negocios.
“Quería explorar un tipo de extorsión muy frecuente en México que es la extorsión gota a gota o cobro de piso, que utilizan ciertos carteles. Y que ha hecho que la vida de los pequeños negociantes se transforme en un infierno. Muchos han tenido que dejar sus negocios o se los han quemado. (…) Es una película sobre un linchamiento, pero no es una elegia a la venganza. Yo pienso que la violencia no soluciona nada. La violencia es un circulo que genera ecos, y la idea de la película es ver como el espectador reacciona a esos ecos”, aseveró el mexicano Gerardo del Razo.
Entre las propuestas latinoamericanas en Clermont-Ferrand encontramos “Un día de mayo” de Camilo Escobar. La cinta cuenta la intimidad de un hogar en la Colombia del año 2000, a través del niño de la casa, Joaquín. En vísperas del día de la madre, estalla una disputa entre su papá y su hermana. El director de este corto Camilo Escobar puso la mirada en un niño sensible y en una familia con un frágil equilibrio.
“Quería cuestionar el modelo binarista de educación. Si eres niño, no se te permite ser sensible. Pero Joaquín es muy cercano a su mama, observa a su hermana que es en ese momento una adolescente enamorada. Y luego está el papá, con quien hay mucha distancia porque es alguien que no sabe cómo acercarse a sus hijos. Quizás porque a partir de su propia crianza, ha sido torpe. (…) Los que crecimos en esas estructuras, me gustaría que reflexionemos sobre la manera de estar con sus hijos, y romper esos esquemas con los que crecimos”, expresó Escobar.
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