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Carrusel de las Artes los invita a una inmersión inédita en uno de los cabarets más exclusivos y secretos de París: el Crazy Horse, convertido en un templo del erotismo. El espectáculo Vertiges de Philippe Decouflé viste a sus bailarinas de luz. Como lo exige la tradición, este cabaret se llena de energía durante las fiestas de fin de año con espectáculos de danza, cuerpos y luces.
El Crazy Horse es una institución parisina desde su creación en 1951, cuando decidió romper los códigos clásicos. Su particularidad es que las bailarinas están vestidas únicamente con sombras y luces.
Para la directora de creaciones y ex bailarina del Crazy Horse, Patricia Folly, alias Psyko Tikko, el espectáculo se elabora casi exclusivamente con técnicas de iluminación colorida, haciendo que la desnudez pase a un segundo plano durante el show.
Psyko Tikko explica que la selección de las bailarinas es estricta, y la mayoría de ellas tienen una formación clásica. Al integrarse al equipo, cada bailarina recibe un nombre artístico que marcará su identidad durante toda su carrera.
Un nombre de escena e icónicas pelucas con flecos
El Cabaret Crazy Horse reivindica sus colaboraciones con íconos como Dita Von Teese, Pamela Anderson o Conchita Wurst, y con el estilismo francés, trabajando con marcas como Jean Paul Gaultier o Christian Louboutin, entre otras.
Las pelucas con flequillo también forman parte de la identidad de las bailarinas y son confeccionadas por un artesano especialista certificado y oficial del Crazy Horse. En total, son 20 bailarinas que dominan las técnicas de danza propias de este cabaret. La desnudez se viste de luces y también de accesorios hechos a la medida de cada artista.
Sin embargo, antes de ser una oda al erotismo, la directora de creaciones afirma que el Crazy Horse se destaca por adaptar sus espectáculos a las tendencias de la moda francesa, así como por promover la desnudez como una forma de emancipación para las bailarinas de cabaret.
Los cabaret forman parte del folclor francés
París cuenta con cada vez más cabarets, y estos son cada vez más diversos. Entre los más clásicos e importantes se encuentran el Moulin Rouge, el Lido y el Paradis Latin, con sus bailarinas gritonas, vestidas con trajes tradicionales (el frou-frou).
El profesor de cabaret, bailarín, coreógrafo y creador de un futuro museo sobre Josephine Baker, Brian Scott Bagley, explicó a Carrusel de las Artes que la historia de este arte popular, en sus formas más provocadoras, es uno de los cimientos de la cultura popular francesa.
Para él, quien fuera el primer afrodescendiente en asumir el rol de maestro de ceremonias del Crazy Horse, "los espectáculos han evolucionado con la sociedad y con la relación al cuerpo de las mujeres".
Si bien el Crazy Horse revolucionó el concepto del cabaret clásico con la desnudez de sus bailarinas, hoy en día hay un repunte de diferentes estilos de cabarets que están cambiando la tradición.
Uno de los géneros que mejor representa ese movimiento es el cabaret burlesco o burlón, que pone en escena los cuerpos de mujeres y hombres, como el conocido cabaret travesti Chez Michou, convertido en un ejemplo para muchas compañías.
Hay incluso un auge de diferentes tendencias de music hall o cabarets que mezclan el arte de la danza, el circo, las danzas y el erotismo, y que en general se caracterizan por su humor. Es una forma, para algunas compañías, de reivindicar los derechos LGTB.
Animar el show
La magia del mítico Crazy Horse opera desde la llegada de los primeros espectadores, quienes son recibidos por MC George Bangable, el maestro de ceremonias y único hombre de la tropa del Crazy Horse.
Su rol es ser el "crooner" del cabaret. Es un personaje que el artista creó él mismo. Explica a Carrusel de las Artes que, si bien su participación tiene un tono cómico, responde a códigos estrictos del arte del cabaret, como el de estar siempre en consonancia con el espectáculo.
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Carrusel de las Artes los invita a una inmersión inédita en uno de los cabarets más exclusivos y secretos de París: el Crazy Horse, convertido en un templo del erotismo. El espectáculo Vertiges de Philippe Decouflé viste a sus bailarinas de luz. Como lo exige la tradición, este cabaret se llena de energía durante las fiestas de fin de año con espectáculos de danza, cuerpos y luces.
El Crazy Horse es una institución parisina desde su creación en 1951, cuando decidió romper los códigos clásicos. Su particularidad es que las bailarinas están vestidas únicamente con sombras y luces.
Para la directora de creaciones y ex bailarina del Crazy Horse, Patricia Folly, alias Psyko Tikko, el espectáculo se elabora casi exclusivamente con técnicas de iluminación colorida, haciendo que la desnudez pase a un segundo plano durante el show.
Psyko Tikko explica que la selección de las bailarinas es estricta, y la mayoría de ellas tienen una formación clásica. Al integrarse al equipo, cada bailarina recibe un nombre artístico que marcará su identidad durante toda su carrera.
Un nombre de escena e icónicas pelucas con flecos
El Cabaret Crazy Horse reivindica sus colaboraciones con íconos como Dita Von Teese, Pamela Anderson o Conchita Wurst, y con el estilismo francés, trabajando con marcas como Jean Paul Gaultier o Christian Louboutin, entre otras.
Las pelucas con flequillo también forman parte de la identidad de las bailarinas y son confeccionadas por un artesano especialista certificado y oficial del Crazy Horse. En total, son 20 bailarinas que dominan las técnicas de danza propias de este cabaret. La desnudez se viste de luces y también de accesorios hechos a la medida de cada artista.
Sin embargo, antes de ser una oda al erotismo, la directora de creaciones afirma que el Crazy Horse se destaca por adaptar sus espectáculos a las tendencias de la moda francesa, así como por promover la desnudez como una forma de emancipación para las bailarinas de cabaret.
Los cabaret forman parte del folclor francés
París cuenta con cada vez más cabarets, y estos son cada vez más diversos. Entre los más clásicos e importantes se encuentran el Moulin Rouge, el Lido y el Paradis Latin, con sus bailarinas gritonas, vestidas con trajes tradicionales (el frou-frou).
El profesor de cabaret, bailarín, coreógrafo y creador de un futuro museo sobre Josephine Baker, Brian Scott Bagley, explicó a Carrusel de las Artes que la historia de este arte popular, en sus formas más provocadoras, es uno de los cimientos de la cultura popular francesa.
Para él, quien fuera el primer afrodescendiente en asumir el rol de maestro de ceremonias del Crazy Horse, "los espectáculos han evolucionado con la sociedad y con la relación al cuerpo de las mujeres".
Si bien el Crazy Horse revolucionó el concepto del cabaret clásico con la desnudez de sus bailarinas, hoy en día hay un repunte de diferentes estilos de cabarets que están cambiando la tradición.
Uno de los géneros que mejor representa ese movimiento es el cabaret burlesco o burlón, que pone en escena los cuerpos de mujeres y hombres, como el conocido cabaret travesti Chez Michou, convertido en un ejemplo para muchas compañías.
Hay incluso un auge de diferentes tendencias de music hall o cabarets que mezclan el arte de la danza, el circo, las danzas y el erotismo, y que en general se caracterizan por su humor. Es una forma, para algunas compañías, de reivindicar los derechos LGTB.
Animar el show
La magia del mítico Crazy Horse opera desde la llegada de los primeros espectadores, quienes son recibidos por MC George Bangable, el maestro de ceremonias y único hombre de la tropa del Crazy Horse.
Su rol es ser el "crooner" del cabaret. Es un personaje que el artista creó él mismo. Explica a Carrusel de las Artes que, si bien su participación tiene un tono cómico, responde a códigos estrictos del arte del cabaret, como el de estar siempre en consonancia con el espectáculo.
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