Hace 10 años, el movimiento de protestas de la Primavera Árabe tomó por asalto Oriente Medio y el Norte de África, desencadenado por la muerte de Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante tunecino que se prendió fuego para desafiar el orden establecido, lo cual avivó la llama del fervor revolucionario. Sin embargo, aunque los primeros días  estuvieron definidos por la esperanza, en muchos países donde se realizaron manifestaciones masivas también se produjo una brutal represión y el surgimiento de guerras civiles, lo que enturbió el legado de las revueltas a favor de la democracia.