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Mientras varios gobiernos negocian in extremis con Donald Trump su política arancelaria, horas antes de que se cumpla el plazo del 1 de agosto que dio a sus socios comerciales para imponer su lista de aranceles, Brasil ha sido uno de los más castigados con un 50% de imposición.
Estados Unidos tiene un superávit comercial con Brasil. El año pasado fue de 6 mil 800 millones de dólares y su ventaja se ha mantenido durante los últimos 18 años. Por eso, un 50% de aranceles para el gigante latinoamericano resulta difícil de procesar desde un punto de vista económico. Donald Trump ha argumentado que la medida se da en represalia por el juicio contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpe de Estado después de perder las elecciones presidenciales de 2022.
Para el economista Alex Agostini, jefe de la calificadora Austin Rating, esto va más allá de una amistad: “El interés de Donald Trump era, en primer lugar, forzar la amnistía de Bolsonaro. Una vez amnistiado, volvería a ser elegible para las elecciones de 2026. En caso de que ganara las elecciones para Estados Unidos, él sería un aliado importante para flexibilizar la ley la explotación de minerales raros. Brasil tiene las segundas mayores reservas de minerales raros del mundo, lo que es de gran interés para el sector tecnológico, especialmente en Estados Unidos. Pero Brasil tiene una legislación muy estricta que no lo permite".
No es la primera vez que Trump amenaza con aranceles para lograr su agenda política, indica Vinicius Rodríguez, profesor de Relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas: “La implicación económica es muy problemática para los sectores que no han sido dejados de lado en el tarifazo, como el sector de café, carne, frutas tropicales. También, claro, los textiles y los zapatos, que son productos que exportamos muchísimo a los Estados Unidos y que todavía teníamos competitividad, mientras que aproximadamente 42% de los productos no serán, no estarán sujetos a la tarifa, los otros estarán con consecuencias muy malas para los empleos, como por ejemplo en el sector de Asaí, que es una fruta tropical que solo Brasil produce, quizás 300 mil empleos quedan en riesgo después del tarifazo”.
Según Rodríguez, los productos que Trump ha dejado por fuera de este 50%, como el jugo de naranja, la energía, las aeronaves civiles, los fertilizantes o los metales preciosos son aquellos que no pueden suplir los mismos estadounidenses.
By RFI Español4.4
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Mientras varios gobiernos negocian in extremis con Donald Trump su política arancelaria, horas antes de que se cumpla el plazo del 1 de agosto que dio a sus socios comerciales para imponer su lista de aranceles, Brasil ha sido uno de los más castigados con un 50% de imposición.
Estados Unidos tiene un superávit comercial con Brasil. El año pasado fue de 6 mil 800 millones de dólares y su ventaja se ha mantenido durante los últimos 18 años. Por eso, un 50% de aranceles para el gigante latinoamericano resulta difícil de procesar desde un punto de vista económico. Donald Trump ha argumentado que la medida se da en represalia por el juicio contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpe de Estado después de perder las elecciones presidenciales de 2022.
Para el economista Alex Agostini, jefe de la calificadora Austin Rating, esto va más allá de una amistad: “El interés de Donald Trump era, en primer lugar, forzar la amnistía de Bolsonaro. Una vez amnistiado, volvería a ser elegible para las elecciones de 2026. En caso de que ganara las elecciones para Estados Unidos, él sería un aliado importante para flexibilizar la ley la explotación de minerales raros. Brasil tiene las segundas mayores reservas de minerales raros del mundo, lo que es de gran interés para el sector tecnológico, especialmente en Estados Unidos. Pero Brasil tiene una legislación muy estricta que no lo permite".
No es la primera vez que Trump amenaza con aranceles para lograr su agenda política, indica Vinicius Rodríguez, profesor de Relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas: “La implicación económica es muy problemática para los sectores que no han sido dejados de lado en el tarifazo, como el sector de café, carne, frutas tropicales. También, claro, los textiles y los zapatos, que son productos que exportamos muchísimo a los Estados Unidos y que todavía teníamos competitividad, mientras que aproximadamente 42% de los productos no serán, no estarán sujetos a la tarifa, los otros estarán con consecuencias muy malas para los empleos, como por ejemplo en el sector de Asaí, que es una fruta tropical que solo Brasil produce, quizás 300 mil empleos quedan en riesgo después del tarifazo”.
Según Rodríguez, los productos que Trump ha dejado por fuera de este 50%, como el jugo de naranja, la energía, las aeronaves civiles, los fertilizantes o los metales preciosos son aquellos que no pueden suplir los mismos estadounidenses.

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