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En México y Centroamérica, ser mujer y migrante significa exponerse a múltiples formas de violencia: desde la exclusión del sistema de salud, hasta agresiones sexuales y el miedo constante. Seis de cada diez mujeres migrantes dicen sentirse inseguras durante su tránsito, alerta un informe de Médicos del Mundo. Para ir más allá de las cifras, esta ONG ha pedido a la artista Alexa Forero que traduzca esa realidad en una obra artística itinerante titulada “La cuerpa que migra”.
México cuenta con un marco legal avanzado en materia de derechos sexuales y reproductivos, con acceso gratuito a la salud. Sin embargo, en la práctica, miles de mujeres migrantes no reciben una atención digna.
La razón es un obstáculo administrativo casi infranqueable para ellas: el código CURP, Clave Única de Registro de Población.
“El acceso al sistema de salud en México funciona normalmente bajo la presentación de un código que se refiere claramente a la identidad y está asociado a la residencia. Cuando una mujer extranjera migrante llega a los centros de salud de México le piden ese código”, explica a RFI Chiara Santoro, representante de Médicos del Mundo en México.
“No teniendo ese código porque no son personas que ya tienen su residencia en México, se le niega sistemáticamente el servicio a la salud”, añade.
En lugares como Tapachula, en la frontera sur de México, Médicos del Mundo ha documentado barreras estructurales alarmantes para acceder a servicios básicos.
'Cuerpas feminizadas'
Esa evidencia se ha traducido en acción directa, incidencia política y, desde hace poco, también en arte. La artista visual Alexa Forero ha creado “La cuerpa que migra”, una instalación que combina recursos gráficos, sensoriales y testimoniales para traducir el trabajo de campo de la ONG en una narrativa estética, política y humana.
“La obra entera está conformada por seis piezas, una es un sitio interactivo donde está albergada toda la información de la investigación que hace Médicos del Mundo y mi investigación propia a partir de encuentros que tuve con mujeres en Tapachula”, cuenta Forero.
“Es una reflexión frente a la diferencia que hay en las ‘cuerpas feminizadas o femeninas’ que emigran, porque la situación se es diferente cuando eres mujer por los temas de la agresión sexual, pero también las necesidades que tienen de salud sexual y reproductiva, del cuidado menstrual, de planificación. Entonces, todas estas experiencias, incluso la del embarazo en tránsito, es algo que atañe solamente al cuerpo de la mujer. Entonces sí, hay que hablar de ‘cuerpa’ como organismo que atraviesa el proceso migratorio”, explica la artista.
Según Médicos del Mundo, el 60% de las mujeres migrantes en México y Centroamérica reporta sentirse insegura durante su viaje.
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En México y Centroamérica, ser mujer y migrante significa exponerse a múltiples formas de violencia: desde la exclusión del sistema de salud, hasta agresiones sexuales y el miedo constante. Seis de cada diez mujeres migrantes dicen sentirse inseguras durante su tránsito, alerta un informe de Médicos del Mundo. Para ir más allá de las cifras, esta ONG ha pedido a la artista Alexa Forero que traduzca esa realidad en una obra artística itinerante titulada “La cuerpa que migra”.
México cuenta con un marco legal avanzado en materia de derechos sexuales y reproductivos, con acceso gratuito a la salud. Sin embargo, en la práctica, miles de mujeres migrantes no reciben una atención digna.
La razón es un obstáculo administrativo casi infranqueable para ellas: el código CURP, Clave Única de Registro de Población.
“El acceso al sistema de salud en México funciona normalmente bajo la presentación de un código que se refiere claramente a la identidad y está asociado a la residencia. Cuando una mujer extranjera migrante llega a los centros de salud de México le piden ese código”, explica a RFI Chiara Santoro, representante de Médicos del Mundo en México.
“No teniendo ese código porque no son personas que ya tienen su residencia en México, se le niega sistemáticamente el servicio a la salud”, añade.
En lugares como Tapachula, en la frontera sur de México, Médicos del Mundo ha documentado barreras estructurales alarmantes para acceder a servicios básicos.
'Cuerpas feminizadas'
Esa evidencia se ha traducido en acción directa, incidencia política y, desde hace poco, también en arte. La artista visual Alexa Forero ha creado “La cuerpa que migra”, una instalación que combina recursos gráficos, sensoriales y testimoniales para traducir el trabajo de campo de la ONG en una narrativa estética, política y humana.
“La obra entera está conformada por seis piezas, una es un sitio interactivo donde está albergada toda la información de la investigación que hace Médicos del Mundo y mi investigación propia a partir de encuentros que tuve con mujeres en Tapachula”, cuenta Forero.
“Es una reflexión frente a la diferencia que hay en las ‘cuerpas feminizadas o femeninas’ que emigran, porque la situación se es diferente cuando eres mujer por los temas de la agresión sexual, pero también las necesidades que tienen de salud sexual y reproductiva, del cuidado menstrual, de planificación. Entonces, todas estas experiencias, incluso la del embarazo en tránsito, es algo que atañe solamente al cuerpo de la mujer. Entonces sí, hay que hablar de ‘cuerpa’ como organismo que atraviesa el proceso migratorio”, explica la artista.
Según Médicos del Mundo, el 60% de las mujeres migrantes en México y Centroamérica reporta sentirse insegura durante su viaje.
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