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El periódico nicaragüense La Prensa ha ganado el Premio UNESCO-Guillermo Cano a la Libertad de Prensa 2025, galardón que reconoce cada año a medios y periodistas que llevan a cabo su tarea informativa en contextos de riesgo y ataques a su seguridad. Postulados por la Sociedad Interamericana de Prensa, los periodistas de La Prensa fueron forzados al exilio entre 2021 y 2022 y, desde allí, continúan reportando.
El diario nicaragüense La Prensa tiene 99 años de vida y casi cuatro reportando desde el exilio. En 2022, tras cubrir la expulsión del país de las Misioneras de la Caridad, sus dirigentes y periodistas fueron perseguidos, algunos encarcelados y su redacción, cerrada.
Tal es el caso de su director general y editor Juan Lorenzo Holmann, quien cuenta que pasó 555 días secuestrado. Holmann logro más tarde cruzar la frontera, al igual que otra decena de colegas, que encontraron refugio en países como Costa Rica, México, Estados Unidos, Alemania y Canadá. Hoy desde su redacción virtual en el exilio, informan a Nicaragua y al mundo sobre qué sucede en su país.
“La parte más extenuante es mantener el vínculo con la sociedad dentro. En Nicaragua no existe el periodismo libre o independiente del todo. Entonces, la voz de los que están en Nicaragua somos los que estamos afuera”, explica Juan Lorenzo Holmann. “¿Cómo mantenemos ese vínculo? Teniendo a nuestras fuentes resguardadas y dándoles la seguridad de que su identidad va a ser protegida. Nosotros recibimos información dentro de Nicaragua, de informantes, de fuentes, pero esas informaciones que nos envían las tenemos que verificar. Es decir, nosotros no publicamos absolutamente nada que no haya sido verificado, porque muchas veces hay fuentes que quieren dar información que no es correcta para hacerlo quedar mal ante nuestra audiencia”, asegura.
Holmann comenta que el 65% del tráfico en su sitio web viene de Nicaragua. Sin embargo, su audiencia es silenciosa: casi no reciben “Me gusta” ni respuestas de compatriotas porque cuenta que allí el consumo de medios independientes puede traer represalias. Hoy se financian con la venta de suscripciones.
“El que sigue haciendo periodismo en Nicaragua, lo hace porque se ha convertido en un apostolado. Yo los llamo los apóstoles de la libertad de prensa, porque por el gobierno los ha sido perseguido, criminalizado a tal punto que la gente ha tenido que abandonar Nicaragua para poder resguardar su integridad. Nosotros pensamos que si la llamada de la libertad de prensa se apaga, quedamos todos a oscuras, y no sólo quedamos a oscuras, sino que entonces la narrativa impuesta por el régimen, por la dictadura, toma mayor fortaleza y es lo único que se vería hoy día. El tema de combatir la censura o luchar en contra de la censura no es sólo porque queremos decir, sino que también porque queremos desvirtuar la falsa verdad que quiere imponer el régimen”, sostiene Juan Lorenzo Holmann.
Holmann cruza los dedos para que el reconocimiento de la UNESCO sacuda a la comunidad internacional y los ojos se posen sobre Nicaragua, país que, según Reporteros Sin Fronteras saca la peor nota en libertad de expresión de Latinoamérica.
By RFI Español4.4
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El periódico nicaragüense La Prensa ha ganado el Premio UNESCO-Guillermo Cano a la Libertad de Prensa 2025, galardón que reconoce cada año a medios y periodistas que llevan a cabo su tarea informativa en contextos de riesgo y ataques a su seguridad. Postulados por la Sociedad Interamericana de Prensa, los periodistas de La Prensa fueron forzados al exilio entre 2021 y 2022 y, desde allí, continúan reportando.
El diario nicaragüense La Prensa tiene 99 años de vida y casi cuatro reportando desde el exilio. En 2022, tras cubrir la expulsión del país de las Misioneras de la Caridad, sus dirigentes y periodistas fueron perseguidos, algunos encarcelados y su redacción, cerrada.
Tal es el caso de su director general y editor Juan Lorenzo Holmann, quien cuenta que pasó 555 días secuestrado. Holmann logro más tarde cruzar la frontera, al igual que otra decena de colegas, que encontraron refugio en países como Costa Rica, México, Estados Unidos, Alemania y Canadá. Hoy desde su redacción virtual en el exilio, informan a Nicaragua y al mundo sobre qué sucede en su país.
“La parte más extenuante es mantener el vínculo con la sociedad dentro. En Nicaragua no existe el periodismo libre o independiente del todo. Entonces, la voz de los que están en Nicaragua somos los que estamos afuera”, explica Juan Lorenzo Holmann. “¿Cómo mantenemos ese vínculo? Teniendo a nuestras fuentes resguardadas y dándoles la seguridad de que su identidad va a ser protegida. Nosotros recibimos información dentro de Nicaragua, de informantes, de fuentes, pero esas informaciones que nos envían las tenemos que verificar. Es decir, nosotros no publicamos absolutamente nada que no haya sido verificado, porque muchas veces hay fuentes que quieren dar información que no es correcta para hacerlo quedar mal ante nuestra audiencia”, asegura.
Holmann comenta que el 65% del tráfico en su sitio web viene de Nicaragua. Sin embargo, su audiencia es silenciosa: casi no reciben “Me gusta” ni respuestas de compatriotas porque cuenta que allí el consumo de medios independientes puede traer represalias. Hoy se financian con la venta de suscripciones.
“El que sigue haciendo periodismo en Nicaragua, lo hace porque se ha convertido en un apostolado. Yo los llamo los apóstoles de la libertad de prensa, porque por el gobierno los ha sido perseguido, criminalizado a tal punto que la gente ha tenido que abandonar Nicaragua para poder resguardar su integridad. Nosotros pensamos que si la llamada de la libertad de prensa se apaga, quedamos todos a oscuras, y no sólo quedamos a oscuras, sino que entonces la narrativa impuesta por el régimen, por la dictadura, toma mayor fortaleza y es lo único que se vería hoy día. El tema de combatir la censura o luchar en contra de la censura no es sólo porque queremos decir, sino que también porque queremos desvirtuar la falsa verdad que quiere imponer el régimen”, sostiene Juan Lorenzo Holmann.
Holmann cruza los dedos para que el reconocimiento de la UNESCO sacuda a la comunidad internacional y los ojos se posen sobre Nicaragua, país que, según Reporteros Sin Fronteras saca la peor nota en libertad de expresión de Latinoamérica.

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