La Amazonia enfrenta una sequía extrema con consecuencias nefastas tanto para la población como para los ecosistemas. El nivel de los ríos de la cuenca amazónica ha bajado tanto que la navegación, principal vía de transporte en esta región, se vuelve complicada. Se ha reportado también un aumento de la mortalidad de las especies acuáticas como los famosos delfines rosados.
Tierra agrietada, pescados muertos y cadáveres de delfines rosados de aguas dulces conforman el paisaje de desolación de la región de Manaos, en el corazón de la selva amazónica azotada por una sequía severa.
En estas imágenes captadas por drones en la región de Tefé donde las aguas del Rio Caquetá se unen con las del Amazonas, se pueden ver imágenes de barcos encallados en bancos de arena y ríos parcialmente secos. Un paisaje poco habitual en esta región que cuenta con las reservas de agua dulce más importante del planeta.
“Es la segunda sequia más extrema que hemos registrado en la región. Es dramático. El nivel del agua del rio ha bajado tan rápido este año que podemos el fondo de los cauces de los ríos en las fotos: dunas, gente caminando en estas dunas que normalmente están cubiertas por agua. Y vemos barcos en estas dunas que casi no pueden navegar en este nivel de agua tan bajo”, cuenta a RFI el ingeniero ambiental brasileño Ayan Fleischmann basado en Tefé, tras sobrevolar la región.
A principios de octubre, el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, acompañado de la ministra de Medioambiente Marina Silva viajó a Manaos para recorrer la zona afectada por esta sequía excepcional causada por dos fenómenos: uno natural y otro vinculado al cambio climático causado por el hombre.
Primero, la sequía se explica por el fenómeno del Niño, un calentamiento natural y estacional de las aguas del Pacífico, viene acompañado de una reducción de las precipitaciones en la región amazónica. El otro efecto tiene que ver con el calentamiento excepcional del Atlántico norte vinculado al cambio climático y una temporada de huracanes particularmente intensa. “Cada vez que se presenta un huracán, se jala toda la humedad de la Amazonia”, explica Marco Antonio Paredes Riveros director del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de la región de Loreto en la Amazonía peruana donde también la sequía e hace sentir, aunque en menor medida que en Brasil.
“Mientras más pronósticos de huracanes tenemos en la zona tropical, más deficiencia de lluvias vamos a tener en nuestra cuenca. Este ha sido uno de los años más calurosos según la Organización Meteorológica Mundial de los últimos 50 años. Y entre más se calienta el planeta, la tierra tiene que disiparlo a través d ellos huracanes o de El Niño”, ahonda Paredes.
Pescados y delfines, en peligro de muerteEntre las consecuencias más espectaculares de esta sequía, se han reportado la muerte masiva de peces.
Según indica en su cuenta de la red social X el biólogo brasileño del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía, Adalberto Luis Val, la temperatura de las aguas de los ríos amazónicos superan las máximas que pueden aguantar varias especies de peces.
Se teme que la sequía tenga impactos también desastrosos en las poblaciones de botos, estos delfines de agua dulce, conocidos por su piel rosada y fuentes de inspiración de numerosas leyendas ancestrales. En la región de Manaos, aparecieron recientemente más de 140 cadáveres de delfines rosados.
“Esta situación ha sido muy complicada para la población y también para las especies que viven en el río”, dijo Fleischmann a RFI.
“Este año, observamos una mortalidad de peces y delfines muy elevada en el Amazonas. Incluso de los delfines rosados. La semana pasada aquí en Tefé, aparecieron más de 20 delfines muertes aquí en el lago. Es algo muy poco común. La población local nos dice que nunca ha visto algo así. Es dramático ver esta mortalidad muy alta de peces y delfines. Esto se debe muy probablemente a la temperatura muy elevada de las aguas, en el caso de los delfines. Y en el caso de los peces, se debe probablemente a la falta de oxígeno a causa de estas temperaturas elevadas”, subraya el ingeniero brasileño.
¿Se recuperará la selva amazónica?
Las sequías prolongadas en la región amazónica despiertan también inquietudes sobre el estado de salud a mediano plazo del bosque tropical.
“En los últimos 15 años, ha habido tres sequías ‘del siglo’ sucesivas. Deberían ser eventos que normalmente tiene ocurrencias de una vez por siglo”, apunta el investigador Maurizio Mencuccini del Centro de investigación ecológica CREAF en Barcelona es especialista del bosque tropical. Mencuccini, quien monitorea en particular el ciclo del agua y la transpiración del bosque tropical, teme que este ecosistema se vea fragilizado. “Normalmente, cuando se acaba un ciclo del Niño, la vegetación se recupera. Pero resulta que tras el evento pasado de 2015-2016, en 2017, mucho de la vegetación tropical no se había recuperado”.
Mencuccini teme un efecto a más largo plazo y que debilite la capacidad del bosque amazónico para absorber masivamente el CO2 y regular las precipitaciones.
Dificultades para la navegación en la región
Además de ser una cuna de biodiversidad, los ríos de la cuenca amazónica sirven de autopistas acuáticas para millones de personas que habitan la región. Cerca de 60 municipios brasileños fueron colocados en estado de emergencia porque carecen de agua potable o porque han quedado aislados debido a la dificultad para navegar en ríos medio secos.
“En las áreas urbanas como Tefé y las otras ciudades como Uarini, hay cientos de miles de personas que viven aquí y que dependen de los barcos que transportan los bienes en el rio Amazonas. Lo que pasa ahora es que los grandes barcos no pueden alcanzar las ciudades. Los precios aumentan, y algunos productos ya no se pueden encontrar en los supermercados. Aquí en Tefé, los barcos que traen las cosas tienen que abordar a 8 km de la ciudad”, constata Ayan Fleischmann.
En Brasil, el gobierno ha decretado medidas de emergencia para atender las necesidades básicas de la población. Medidas que incluyen obras de dragado en los ríos, ayudas económicas para familias pobres, y seguros para los pescadores. El futuro aun es incierto ya que la temporada de lluvias, que iniciaría hacia mediados de noviembre, podría ser insuficiente para recuperar los niveles de los ríos teme el gobernador del estado de Amazonas.
Entrevistas:
>Ayan Fleischmann, investigador del instituto Mamiraua en Tefé, Brasil. Ingeniero ambiental, especialista en recursos hídricos. Entrevistado por Lucile Gimberg.
>Maurizio Mencuccini, investigador del CREAF (España), especialista en ciencias forestales.
>Marco Antonio Paredes Riveros, Director del Servicio Nacional Meteorologico e hidrologico del departamento de Loreto (Amazonía peruana), entrevistado por Ubaldo Bravo.